Según las investigaciones de la policía federal que comanda el juez Sérgio Moro Lula podría haber sido el arquitecto de la trama de Petrobras y haberse beneficiado con un apartamento en Guarujá y una finca en Atibaia, ambas localidades en el estado de São Paulo.
Lula niega constantemente las acusaciones y avisa de que es víctima de un "proceso de calumnia" que tiene como único objetivo intentar echarle de la vida política del país, sobre todo con vistas a las elecciones generales de 2018, cuando podría volver a ser candidato.
"No tengo que pedir disculpas, eso tiene que hacerlo quien está inventando las acusaciones (…) el PT sigue siendo el partido con mayor credibilidad electoral incluso después de siete años de masacre", remarca.
Sobre el juicio político, que la semana que viene entra en la recta final, Lula ha remarcado una vez más que se trata de un golpe parlamentario porque "una mayoría se juntó para apartar a Rousseff del poder".
Además, asegura que el presidente interino Michel Temer y los que le apoyan saben perfectamente que lo que están haciendo es "ilegal" porque la presidenta no cometió ningún delito.
Aunque el expresidente se dice optimista con el resultado anticipa lo que podría pasar si los senadores deciden apartarla del cargo: "Quiero saber cómo van a volver a casa y mirar a sus mujeres, hijos, nietos. Van a tener que reconocer que ilegalmente apartaron a una persona elegida en este país".
Sobre la política económica del país Lula remarca que se cometieron errores al seguir la política de austeridad dictada desde Europa y Estados Unidos, cuando en su opinión lo que hay que hacer es dar incentivos al consumo a los más pobres e invertir en infraestructuras.
"No sé si es que soy excesivamente optimista, pero sinceramente creo que es muy fácil hacer que Brasil vuelva a crecer", dice Lula, citando el enorme potencial interno que representan 204 millones de personas, y añade: "El pobre puede ser la solución de nuestro país, no el problema".
"El día de la inauguración de las Olimpiadas me sentí como el niño de la película "Solo en casa". No estaba presente en una fiesta cuando yo fui responsable de que viniera aquí", dice.
En cualquier caso, remarca que el evento dejará un buen legado para la ciudad de Río de Janeiro y que si fuera necesario volvería a "llorar" para que la comunidad internacional adjudicara los Juegos a Brasil.