En su artículo, el autor explica que la idea fue diseñada para disuadir a Corea del Norte de lanzar una guerra mientras que EEUU estaba involucrado en las operaciones militares en Irán o Irak.
Esta misma doctrina permitió a Washington apoyar las estrategias del Departamento de Defensa del país en la época posterior a la Guerra Fría, cuando la Unión Soviética ya había dejado de ser una amenaza para EEUU.
Coordinación política
Farley indica que sería poco probable que Moscú y Pekín se unan "para coordinar", por lo EEUU estaría obligado a responder a cada uno de manera individual.
Flexibilidad
En caso de una nueva guerra global, el Ejército estadounidense se concentraría en defender a Europa y la Armada en el Pacífico, mientras que la Fuerza Aérea jugaría un papel auxiliar en los dos teatros de operaciones militares.
Según Farley, debido a que Rusia es un país pacífico y no tiene interés en la guerra, EEUU podría desplegar la mayor parte de sus recursos militares marítimos en los océanos Índico y Pacífico.
No obstante, en caso de que el conflicto se prolongue, el país norteamericano sería capaz de transportar numerosas unidades militares a Europa, apunta.
Además, EEUU, empujado por la presión para garantizar la victoria, podría dirigir la mayor parte de sus capacidades bélicas a uno de los frentes para lograr un triunfo estratégico y político con el fin de desplazar el resto de las unidades militares al otro teatro de operaciones militares si fuera necesario.
La estructura de la alianza
Asimismo, el experto mantiene que "en caso de una guerra, países como Alemania, Francia, Polonia y el Reino Unido, atados por las obligaciones de su membresía en la Alianza, tendrían que entrar en el conflicto".
"Hasta en los escenarios más convencionales, los aliados europeos podrían dar a la OTAN una enorme ventaja", destaca.
Sin embargo, a juicio del columnista, EEUU se enfrentaría en el Pacífico a unos problemas mucho más graves.
A pesar de que Japón y la India podrían tener un interés en el mar de la China Meridional, sería poco probable que participaran en la guerra.
"La estructura de la alianza dependería de los particulares del conflicto. Filipinas, Vietnam, Corea del Sur, Japón, Taiwán —cualquier podría convertirse en el principal objetivo de China—, mientras que los demás preferirían mantenerse al margen", detalla el columnista.
El dominio se desvanece
Mientras que Farley afirma que EEUU es capaz de ganar ambas guerras, agrega que "EEUU no puede mantener este nivel de dominio para siempre", por lo que el país se vería obligado a actuar de manera equilibrada.