"Antes del atentado en Guta, en internet apareció un vídeo en el que los terroristas hacían pruebas del gas venenoso en conejos. Los combatientes amenazaban con aniquilar a las autoridades, al Ejército gubernamental y al pueblo sirio, es decir, a todos los que apoyaban a Bashar Asad".
De ese episodio parte el relato de Shemshadi sobre la guerra mediática en torno al ataque con gas sarín en Guta el 21 de agosto de 2013, el cual, según algunas estimaciones, cobró la vida de al menos 1.500 personas.
Un mes después del atentado químico en el poblado sirio de Jan al Asal, perpetrado el 22 de julio, "el Consejo de Seguridad de la ONU decidió mandar a sus inspectores a Siria", rememora el experto la cadena de trágicos acontecimientos.
"Cuando los inspectores arribaron a Damasco, justamente la noche del 21 de agosto de 2013, en un suburbio de la ciudad, Guta, [los extremistas] volvieron a utilizar armas químicas para responsabilizar al Ejército oficial sirio".
El corresponsal en Siria ha revelado que, tras el incidente en Guta, "varios medios occidentales viajaron al suburbio de Damasco" para interrogar a los terroristas de Daesh. La declaración de los extremistas, quienes, según Shemshadi, asumieron la responsabilidad por el atentado, jamás ha sido divulgada en Occidente.
El experto explica el silencio de los medios con el hecho de que, según el corresponsal iraní, los servicios especiales de EEUU, Francia y Reino Unido, junto con Arabia Saudí e Israel estuvieron implicados en la masacre.
"Justamente ellos se empeñaron en hacer a todos creer que la culpa la tenían las autoridades sirias. Esta maniobra era necesaria para preparar el terreno político para la intervención militar directa en Siria", asevera Shemshadi.
Solo los esfuerzos diplomáticos de Rusia en las negociaciones en Ginebra de 2013 impidieron el conflicto armado internacional, a cambio de la eliminación controlada total de las armas químicas en Siria.
El experto iraní, entrevistado por Sputnik, ofrece una posible explicación de dicha acción.
"El hecho de que EEUU pretenda incluir a Rusia e Irán en el proceso, no es otra cosa que un truco político. En otras palabras, se trata de una táctica de 'acción anticipada' para convencer de que no tuvieran nada que ver con lo ocurrido".
"Mientras tanto, todo el mundo sabe que Washington financia a los terroristas y les suministra armas, incluyendo las armas químicas que fueron utilizadas contra los ciudadanos de Siria", concluye Shemshadi.