"Confiamos en que los autores materiales e intelectuales de este crimen y otros similares tarde o temprano sean identificados y castigados tal y como lo merecen", dijo la portavoz del Ministerio, María Zajárova, al recordar que en aquel ataque hubo unos 1.400 muertos y heridos.
La diplomática señaló que en 2013 varias fuentes revelaron que Turquía suministró armas químicas, incluido gas sarín, a grupos opositores sirios vinculados a Al Qaeda.
El uso de sarín fue registrado aquel mismo año en Guta y otras zonas cerca de Damasco.
Tras el atentado en Guta "se intentó falsificar con munición química casera las pruebas de la supuesta implicación de los militares sirios", afirmó Zajárova.
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Según la portavoz de Exteriores ruso, la acción tuvo como objetivo provocar una intervención militar extranjera para derrocar al Gobierno legítimo de Siria "según el mismo guión que ya había sido aplicado en otros países de la región".