"Este trabajo es muy importante y de actualidad (…) consideramos que hay que hacer todo para que tenga éxito y hay indicios objetivos de ello", dijo a la radio Vesti FM.
A su vez, el encargado de los Derechos Humanos de la Cancillería de Rusia, Konstantín Dolgov, manifestó, que la escalada en Oriente Próximo es consecuencia de la política de algunos países occidentales como Estados Unidos.
"La situación en los países de Oriente Próximo y de África del Norte sigue siendo excepcionalmente complicada y esto es resultado directo de la política miope e ignorante de algunos países occidentales, en primer lugar de EEUU", dijo Dolgov en una rueda de prensa.
Dolgov precisó que se trata de una política "dirigida a cambiar regímenes indeseables, a exportar sus propios modelos de democracia, que distan de ser impecables" y están lejos de ni siquiera parecerse a democráticos.
A juicio del diplomático ruso, dicha política se lleva a cabo "sin considerar particularidades étnicas, confesionales y a veces ignorando las realidades regionales".
La población cristiana en Siria —señaló— se redujo en un millón de personas y en Irak en unos 850.000.
Además, "más de 200 cristianos asirios están secuestrados por terroristas", recordó Dolgov.
Siria vive desde 2011 un conflicto armado que se ha cobrado más de 250.000 vidas, según el último balance oficial de la ONU.
Las fuerzas gubernamentales se enfrentan a grupos armados de la oposición y organizaciones terroristas, entre ellas Daesh (autodenominado Estado Islámico) y el Frente Fatah al Sham (antiguo Frente al Nusra), ambas proscritas en Rusia y otros países.