"Estoy triste y molesto y se me cae la cara de vergüenza, como mexicano se siente horrible; estamos muy mal, es decepcionante, ya basta de ser mediocres", dijo en un comentario el periodista Pablo Carrillo, responsable del equipo que cubrió en Brasil las competencias de la delegación de México para el influyente Grupo Imagen Multimedia.
El experto en temas deportivos que ha cubierto desde hace 30 años estas competencias, apuntó directo desde Rio de Janeiro a los líderes del deporte: "Es una frustración terrible, es una sensación de hartazgo; no sé si serán los años de cubrir estos eventos, cuando uno es joven tiene esperanzas, pero pasan los años y seguimos hundidos en la misma miasma".
"Viví ilusiones en Barcelona y luego satisfacciones en Londres, pero este México perdedor me tiene molesto, llevamos años de criticar lo mismo y seguimos haciendo lo mismo", resumió el veterano periodista.
En busca de un culpable
El titular de la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (Conade), Alfredo Castillo, parece destinado a naufragar en la misma impopularidad de su amigo, el presidente mexicano, quien tiene la peor aceptación de un mandatario en 30 años (23%, según el sondeo del diario Reforma).
Castillo, en realidad un experto fallido en temas de seguridad pública antes de llegar al cargo deportivo, ya tiene una lista de preguntas por responder además del pobre desempeño en los juegos que terminan.
Las preguntas incluyen: ¿Por qué llevó a su novia a Brasil y le permitió desfilar con el uniforme nacional? ¿Por qué prefirió ir con ella entre besuqueos a ver jugar tenis a Novak Djokovic, a la misma hora que los mexicanos competían? ¿Por qué acusó a los jueces de los malos resultados? ¿Por qué se escudó en su pleito con líderes del olimpismo mexicano a quienes acusa de corrupción?
El columnista político Román Revueltas, hijo del galardonado escritor comunista Jose Revueltas, trató de explicar esas posturas catastrofistas: "Atravesamos en este país una situación en la que se conjugan, muy perversamente, el pesimismo, el enojo, el resentimiento, y la autodenigración".
En su columna del diario Milenio comparó: "Algo similar ocurre con Brasil, que antes cacareaba muy presuntuosamente sus logros económicos y sociales".
Antes que el resultado, Revueltas contempla un deprimido estado de ánimo nacional: "La realidad de la corrupción y la injusticia ha legitimado cualquier cuestionamiento, así de arbitrario e injustificado como pueda ser".
Ilusiones y grandes decepciones
Hay unanimidad entre los comentaristas en que los resultados no corresponden a las expectativas: en presupuesto el país se ubica entre los primeros veinte, en población está entre los primeros quince del mundo, se trata de la onceava economía global, y la delegación de periodistas mexicanos enviados está entre las primeras diez en Brasil.
El columnista citó los ejemplos de Kosovo, Puerto Rico, Vietnam, las Islas Fiji, el emirato de Bahrein, el histórico equipo de refugiados, y países que obtuvieron sus primeras medallas de oro en la historia de los juegos olímpicos en Brasil.
También ha causado polémica la actitud de algunos deportistas: el único ganador del bronce en Misael Rodríguez, la primera en ese deporte desde Sydney 2000, obtuvo su boleto abordando autobuses un año antes, limosneando con un bote para ahorrar.
En cambio, Paola Espinoza, medallista del alto rendimiento dos veces anteriores, se quitó la bandera nacional y dijo que si ganaba otra medalla —se quedó en cuarto lugar en el trampolín de 10 metros- seria para ella y no para México
"Deja tú a México, la medalla me la quiero regalar a mí, porque he trabajado mucho y nadie ha estado como yo ocho horas diarias en una alberca entrenando, llevo 10 finales olímpicas", zanjó.
Lejos, en Londres, quedo la inolvidable final de fútbol ante Brasil, con medalla de oro después de pasar sobre Alemania, una de las siete preseas logradas en la competencia olímpica anterior.
En su columna "Desde el corazón de Rio", el experimentado Carrillo se despidió este viernes lleno de tristeza y enfado: "El deporte federado en nuestro país, salvo muy honrosas excepciones, está lleno de vividores que logran algún puesto y obtienen una licencia para cometer tropelías, corruptelas".
También hay búsqueda de explicaciones de fondo: "Habrá que decir también que no es casualidad que seamos campeones mundiales en obesidad", remató.