Las reformas del nuevo líder provocaron los deseos de independencia de una parte de las repúblicas soviéticas. Así, los países Bálticos (Estonia, Letonia y Lituania) se declararon independientes de la URSS. Asimismo, estallaron numerosos enfrentamientos étnicos en el Cáucaso y Asia central y se agravó la situación en el mercado, de manera que los ciudadanos se vieron obligados a hacer colas para poder comprar alimentos y productos de primera necesidad.
De esta manera, las iniciativas propuestas por Gorbachov enfrentaron una mayor resistencia entre los partidarios del sistema comunista.

De esta manera, el 19 de agosto, ocho conspiradores (entre ellos el ministro de Defensa, Dmitri Yázov; el de Interior, Borís Pugo; el primer ministro, Valentín Pavlov; y Gennadi Yanáyev, vicepresidente de la URSS durante el mandato de Gorbachov) fundaron un organismo provisional, el Comité Estatal para el Estado de Emergencia (GKChP, por sus siglas en ruso), que funcionó entre los días 18 y 21 de agosto.

El GKChP, también conocido como la 'Banda de los Ocho', prohibió todos los periódicos liberales en Moscú y suspendió las emisiones de la mayoría de los canales televisivos, que empezaron a emitir en bucle 'El lago de los cisnes', el legendario ballet de Piotr Chaikovski.
Guennadi Yanáyev se autonombró presidente en funciones del país, excusando la incapacidad de Gorbachov de cumplir con las obligaciones presidenciales debido a una "enfermedad".

El propio presidente de la URSS quedó totalmente aislado en su residencia en Crimea, mientras los vehículos blindados bloquearon los principales nudos de comunicación de la capital rusa.
Borís Yeltsin, el entonces presidente de la República Socialista Federativa Soviética Rusa (RSFSR, por sus siglas en ruso), encabezó la rebelión al golpe al conseguir movilizar a miles de moscovitas y varias unidades militares, convirtiéndose en el símbolo de la resistencia.

El 21 de agosto, las tropas armadas se retiraron de Moscú y, el día siguiente, Gorbachov, con la ayuda de altos cargos rusos, logró regresar al capital de su cautiverio en Crimea.
El fallido golpe socavó la autoridad del Partido Comunista, mientras que Yeltsin y sus partidarios consolidaron sus posiciones, al obtener un apoyo público aún más grande que antes.

Los instigadores del golpe fueron detenidos y sentenciados a dos años de cárcel por alta traición, pero, en 1994, Yeltsin les concedió una amnistía y fueron liberados. Las repúblicas soviéticas proclamaron una tras otra su independencia. Gorbachov dimitió y en diciembre de 1991 la URSS quedó disuelta.