"La Constitución turca incluye la posibilidad de introducir un régimen en relación con la amenaza del orden democrático. Es lo que hizo el presidente. El estado de emergencia es necesario para preparar una base para los despidos masivos y las detenciones", dijo Gürbey en una entrevista a RIA Novosti.
"Esto incluye la prohibición de reuniones, control de los medios, lo que parcialmente Turquía está viviendo ya", dijo la interlocutora de la agencia.
En su opinión, el estado de emergencia da la oportunidad de aplicar medidas restrictivas con mayor rapidez, "de lo que probablemente se aprovechará el Gobierno", dijo Gürbey.
"El intento golpista dio ocasión al régimen estatal a oponerse ampliamente contra los seguidores del movimiento de (Fethullah) Gülen", subrayó.
Después de sofocar la rebelión, las autoridades dieron comienzo a las purgas para descubrir a los simpatizantes del clérigo opositor Fethullah Gülen, a quien Ankara indica como promotor del motín. El imán, cuya extradición Ankara exige a Washington, niega esas acusaciones.
En los días posteriores al golpe en todo el país fueron detenidas o suspendidas decenas de miles de militares, agentes, jueces, funcionarios públicos y docentes.