Tras una reunión con el Gobierno y el Consejo de Seguridad, Erdogan declaró el estado de emergencia para tomar medidas contra los involucrados en el motín y al mismo tiempo negó que eso afecte los derechos y las libertadas de los ciudadanos.
Erdogan ya siendo primer ministro tomó medidas para fortalecer su poder personal y el del partido que encabeza, recordó agregando que la intentona golpista le permite declarar el estado de emergencia con el fin de fortalecer aún más este poder.
"Erdogan no hará nada extraordinario en estos tres meses que durará el estado de emergencia, no se proclamará califa ni sultán, se limitará a organizar un peinado en el campo de sus adversarios y una purga de la élite de las FFAA", dijo el experto y al mismo tiempo supuso que "los militares no se rendirán fácilmente y darán una respuesta".
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Turquía vivió en la noche del 15 de julio un intento de golpe militar que se saldó con 232 muertos y más de 1.500 heridos, según datos oficiales, a lo que siguió una masiva campaña de detenciones.