El cenit de la crisis fue un golpe de Estado en abril de 2002, tras disolverse una marcha opositora con saldo de 19 muertes, y el cual reemplazó a Chávez con el empresario Pedro Carmona, pero el mandatario recuperó al poder a las 47 horas, con apoyo civil y militar.
La sucesión de marchas, huelgas y exigencias de renuncia sobre Chávez llevó a la Organización de Estados Americanos a promover una Mesa de Negociación y Acuerdo entre Gobierno y oposición, que se decantó por la vía de un referendo revocatorio.
El primer revocatorio
Era un camino inédito, previsto en la Constitución de 1999 que había impulsado el propio Chávez, pero no había sido probado.
La oposición, animada por el favor de las principales encuestas, inició en 2003 la recolección de unos tres millones de firmas, pues necesitaba presentar unos 2,4 millones al poder electoral para pedir el referendo.
El Consejo Electoral validó 1,8 millones de firmas y expresó dudas sobre la caligrafía de 876.000 y desechó las restantes.
Los firmantes entonces debieron acudir a centros electorales para ratificar que las firmas de caligrafía plana o similar efectivamente les pertenecían.
Cuando en junio de 2004 el Consejo Electoral anunció que había firmas suficientes, Chávez inmediatamente aceptó el desafío y el referendo se hizo el 15 de agosto de ese año.
Chávez en su mejor momento
Para entonces el clima de opinión era distinto, Chávez había lanzado programas sociales de alimentación, educación y salud, el padrón electoral había crecido de 12 a 14 millones de electores y el oficialismo hizo una excelente campaña alrededor de su líder.
Con una participación de 70 por ciento, votaron por revocar a Chávez 3.989.008 electores (40,6 por ciento), y por mantenerlo en el poder 5.800.629 (59,1 por ciento).
La oposición, desanimada, perdió abrumadoramente las elecciones regionales de octubre de 2004 y a finales de 2005, cuando se eligió un nuevo parlamento, objetó la tecnología electoral y llamó a la abstención, con el resultado de que el oficialismo obtuvo todas las 165 bancas en la Asamblea Nacional.
Socialismo del siglo XXI
Chávez se consolidó en el poder, fue reelegido presidente en 2006 con 63 por ciento de los votos y lanzó su proyecto de desarrollar en Venezuela un "socialismo del siglo XXI", que el presidente Maduro trata de continuar tras la muerte del líder en 2013.
A diferencia del referendo de 2004, cuando las normas prácticamente se improvisaban entre resoluciones del poder electoral y decisiones del Tribunal Supremo, el proceso que encara el presidente Maduro se rige por un reglamento dictado por el árbitro en 2007.
Una ley para flexibilizar las normas y acortar los lapsos entre uno y otro paso, discutida por la mayoría opositora en el actual parlamento, fue negada por el Tribunal Supremo.
Los requisitos, pasos y lapsos para solicitar y activar el referendo se han incrementado, y si en 2004 no había dudas de que si Chávez perdía habría una nueva elección presidencial, esta vez hay una carrera contra-reloj pues solo si el referendo se efectúa este año y lo gana la oposición debería efectuarse una nueva selección de presidente.