"La campaña electoral en Venezuela fue muy intensa por varias razones; la sociedad estaba bastante electrizada y dividida", dijo.
Al hablar sobre las elecciones parlamentarias, Schetinin opinó que "el elemento principal de la campaña electoral era crear alboroto en torno a las elecciones", en particular, desde el exterior.
"Se estaba imponiendo la idea de que las elecciones no son democráticas y que el Gobierno nunca tolerará un resultado que no corresponda a sus intereses", indicó.
Paralelamente, continuó el experto, se fueron agravando las antiguas disputas territoriales que "de repente empezaron a cristalizarse y recibir impulsos adicionales en la de por sí complicada situación".
A juicio de Schetinin, "en el país se creó una nueva realidad cuando el Gobierno tiene que trabajar con el Parlamento opositor" y "es muy importante que ambas fuerzas –el Gobierno y la oposición- comprendan la responsabilidad conjunta por el futuro del país".
Al hablar sobre este trabajo conjunto, el experto opinó que "cualquier oposición en la etapa de lucha política y campaña electoral y ex oposición investida de responsabilidad estatal son "cosas muy diferentes", por eso hay que ver cómo evoluciona la situación.
El cambio en Venezuela no afectará proyectos con Rusia
"Se encargan de ellos (los proyectos) las entidades económicas, por eso no se trata de una revisión de los contratos. El Parlamento no participa", dijo.
Schetinin precisó que los dos países mantienen una cooperación "profunda y variada", en primer lugar, en el ámbito de hidrocarburos y también en el sector militar.
Si Venezuela quiere continuar la colaboración técnica y militar, Rusia está dispuesta a negociar los pasos correspondientes para conseguirlo.
En cuanto a la posible construcción de bases militares rusas en Venezuela, señaló que nunca se ha planeado porque la Constitución del país no admite la presencia de bases extranjeras en el territorio nacional.
En las elecciones del 6 de diciembre, la oposición de Venezuela obtuvo 112 escaños de un total de 167 que tiene Asamblea Nacional, dejando al oficialismo el control de apenas 55 bancas.