Amnesty International, organización internacional de derechos humanos, registró un aumento perturbador en el número de ejecuciones. Al menos 1.634 personas fueron ejecutadas el año pasado, un cifra récord en más de 25 años. Y eso que al calcular los valores finales no se tuvieron en cuenta los datos de China, donde es muy probable que ejecutaran a miles de personas, pero en este país la información sobre la pena
de muerte se considera secreto de estado.
El dramático aumento se debe en su mayoría a tres países (prescindiendo de China) —Irán, Pakistán, y Arabia Saudí— que en conjunto fueron responsables del 89 por ciento de todas las penas capitales ejercidas en 2015.
El principal método de ejecuciones de pena capital es la horca. Hasta hace poco se han practicado ejecuciones públicas. Las grúas servían de horcas. Con un dogal en el cuello, a los condenados los levantaba al aire una grúa.
Sin embargo, los autores de delitos sexuales como adulterio, generalmente se ejecutaban por lapidación. Las mujeres condenadas se enterraban en el suelo hasta el pecho, mientras que los hombres hasta la cintura. El artículo correspondiente del Código Penal Islámico de Irán afirma: "En el caso de castigo de muerte por lapidación, las piedras no deben ser demasiado grandes para que el condenado no muera a causa de una o dos pedradas; ni tampoco deben ser demasiado pequeñas de manera que no se puedan llamar piedras".
Irán es uno de los últimos países en el mundo, donde todavía ejecutan a menores de edad, lo que constituye una violación flagrante del derecho internacional. En 2015 al menos cuatro menores fueron condenados a pena capital.
Para aquel momento, en Pakistán se habían acumulado más de 8 mil sentencias de muerte. No se sabe si los todos condenados fueron ahorcados (ya que es el único método permitido de ejecución en el país).
En 2015, más de 320 personas fueron enviadas a la horca, lo que representa un máximo histórico registrado por la organización internacional de derechos humanos en Pakistán.
Un gran número de condenas a muerte en Pakistán fueron impuestas por blasfemia. Esta noción tiene una amplia gama de interpretaciones, lo que implica errores judiciales.
Una vez detuvieron a un estudiante de 17 años de edad por haber cometido blasfemia en clase de la literatura. Los maestros se negaron a decir de qué exactamente se trataba, ya que entonces serían acusados de blasfemia también.
Arabia Saudí es el tercer líder mundial de ejecuciones y, por cierto el país que el año pasado presidió el panel de expertos independientes del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas. En 2015 ejecutaron a 158 personas, un incremento del 76 por ciento respecto al año 2014. En el Reino, así como en Irán, opera la sharía —ley islámica—, por lo que el conjunto de delitos punibles con la muerte es prácticamente igual. El principal método de ejecución en Arabia Saudí es la decapitación. El fusilamiento es otra manera de ejecutar a los condenados, pero se aplica principalmente a las mujeres. Las ejecuciones suelen ser públicas. En el país se desarrolló toda una dinastía de verdugos, hasta el mismo rey designa al principal ejecutor de la Meca.
Tema: Ejecución masiva en Arabia Saudí (enero de 2016)
La lista de los cinco países que ejecutaron la mayoría de las penas capitales en el mundo en 2015, incluye a China, Irán, Pakistán, Arabia Saudita y Estados Unidos, precisamente en ese orden.
China es un líder sombrío del número de ejecuciones, aseguran los activistas de derechos humanos. El informe de “Amnesty International” señala que en 2015 se hicieron allí miles de sentencias de muerte y miles se llevaron a cabo. Hay algunos indicios de que el número de ejecuciones en China se ha reducido en los últimos años, pero debido al carácter secreto de la pena de muerte, es imposible comprobar esta información.
El fusilamiento es un método común para China. Sin embargo, según los últimos datos, el país tomó el camino de la humanización de la pena, actualmente se utilizan cada vez más las inyecciones letales. Además, hace mucho que en China no practican ejecuciones públicas.
A finales de 2014 se han confirmado los rumores de que en el país suelen extraer órganos de los ejecutados y destinarlos a trasplantes. En ese entonces, el jefe del Comité de China en materia de donación y trasplante de órganos, Huang Jiefu, aseguró que desde el 1 de enero de 2015, China prohibiría retirar órganos de los ejecutados para trasplante.
De acuerdo con los datos de la Coalición Mundial contra la pena de muerte, en China ejecutan anualmente a más de dos mil convictos (los últimos datos del 2014 que figuran en la página web de la organización totalizan unas 2.400 personas). Si tenemos en cuenta el tamaño de la población china, esta estimación no parece exagerada.