La expectativa de una reunión entre los países de la OPEP y los que no forman parte del bloque, les ha dado un ligero respiro a los que dependen de los ingresos fiscales petroleros, sin embargo, "en México no hay interés porque la caída de la plataforma productiva de Pemex ya ha sufrido un descalabro impresionante", en la última década, explicó el académico.
Alrededor de un 60 por ciento de productores de crudos no convencionales que utilizan la costosa tecnología de fractura hidráulica (fraking) están ya fuera del mercado, por los bajos precios, dijo el experto.
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"Ese desastre para los productores de Texas y Dakota del norte en EEUU ha sido festejado en Arabia Saudita, que encabeza una guerra de precios para sacar del mercado a esos nuevos petroleros de crudos no convencionales en EEUU y Canadá", dijo el investigador.
En cambio, México ha reaccionando afirmando que el petróleo es menos del 8 por ciento de su economía y que la dependencia de sus ingresos petroleros se ha reducido a la mitad en tres años, alrededor del 20 por ciento del presupuesto federal, compensado con la mayor recaudación tributaria en términos absolutos y relativos en su historia por fuentes no petroleras.
Una industria alicaída
Pero la cadena de valor productiva de México está sometida a una gran presión por parte de las empresarios ligados al sector que "exigen a la estatal Pemex que pague los compromisos que adeuda desde hace más de 120 días, algunas de ellas casi en la bancarrota", dijo el analista.
Esa decisión ha tenido "un efecto devastador en la economía de los estados de la república productores", que han obligado al Gobierno a anunciar medidas de alivio con programas de empleos temporales no petroleros para disminuir los efectos nocivos en el sur del país.
"La cadena productiva prácticamente ha paralizado a más de 120 embarcaciones de empresas navieras que están sin operaciones y ha producido unos 50.000 desempleados en la zona petrolera de Tabasco y Campeche", indicó el académico del programa de investigación de posgrado financiado por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt).
Mientras ocurren las licitaciones en el marco de la reforma energética que abre la industria a la inversión extranjera por primera vez en 76 años, en un contexto de bajos precios, que han perdido 70 por ciento desde su pico de 2014, "hay regiones semiparalizadas, que no están bombeando, las inversiones están detenidas, porque Pemex no ha pagado contratos en 120 días y para liquidar esas deudas ha emitido un nuevo bono de 5.000 millones de dólares en los mercados financieros", dijo el investigador.
En cuanto a otros países latinoamericanos, Venezuela, Ecuador y seguramente Brasil, cuya mayoría de producción es en pozos profundos, "tienen que seguir produciendo a bajos precios, en algunos casos abajo del coste de extracción, aunque acumulen pérdidas, porque el petróleo es su principal fuente de ingreso fiscal".
"Es importante hacer una salvedad en México, el precio del crudo en aguas someras, y terrestres tiene utilidades netas de aproximadamente 200 por ciento en el caso de la mezcla mexicana a precio de 20 dólares, porque el costo de producción es de menos de 10 dólares por barril", explicó el especialista.
El problema es para los países, cuya base se producción descansa en aguas profundas o ultra-profundas, "cuyos costos de producción pueden llegar superiores a los 20 dólares por barril", puntualizó el experto.