La situación del mercado "responde a la estrategias que desarrolla Arabia Saudí en su conflicto con Irán por predominar en el Medio Oriente y también por golpear a Rusia, que apoya al rival Gobierno de (Bachar) Asad en Siria", sostuvo Habalián.
Los saudíes "iniciaron esa estrategia en 2014 para quebrar a los productores de crudo no convencional, como el obtenido de fracking (fracturación de esquistos) y arenas bituminosas en América del Norte, pero lo sostienen para hundir económicamente a Irán, su rival regional", aseveró.
Irán, a su vez, "mantiene interés por ser líder en el Medio Oriente, y en el subconsciente iraní está reconstituir el tercer imperio persa, después de los sasánida y aqueménida que tuvieron hace milenios", comentó Habalián, un docente universitario de ancestros sirios.
Esa confrontación "está en la raíz de la actual situación del mercado petrolero y por eso apuntalar los precios no es una cuestión de simple voluntad, como pretende Venezuela, sino del interés geopolítico en juego entre esas potencias y sus apoyos estadounidense y ruso".
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, insiste en que los exportadores de la OPEP y de fuera de la organización deben reunirse para "retomar las riendas del mercado petrolero" con medidas que conduzcan a "precios estables y justos" para los productores.
"Solo una guerra abierta entre Irán y Arabia Saudí, una hipótesis descartada tanto por Riad como por Teherán, podría disparar los precios del crudo a niveles muy altos, o un conflicto abierto entre Rusia y Arabia Saudí, que son con Estados Unidos los mayores productores de petróleo en la actualidad", opinó Habalián.
Sin embargo "la capacidad saudí para impactar el mercado no es ilimitada, y además el crudo barato impulsa la recuperación económica global, lo que se traduciría en el mediano plazo en mayor demanda y mejores precios, posiblemente alrededor de 40 dólares el barril dentro de un año", concluyó Habalián.
A la sobreoferta saudí y de otros productores del Golfo, estimada en unos dos millones de barriles por día para un mercado global que demanda 93 millones de unidades, se suma desde esta semana una oferta adicional iraní de 500.000 barriles diarios.