"Pasados 70 años desde la Segunda Guerra Mundial, Japón no tiene firmado ningún tratado de paz con Rusia", dijo el primer ministro a los periódicos Nikkei y The Financial Times, al agregar que "promoveré la resolución de la cuestión territorial y las negociaciones sobre la firma de tal tratado".
El primer ministro subrayó la importancia de la participación constructiva de Rusia en la resolución de los problemas internacionales, en particular en Oriente Medio.
Abe viajó a la capital rusa en abril de 2013.
La visita de Putin a Tokio, prevista para 2014 y luego aplazada a 2015, no tuvo lugar debido a la tensión internacional por la crisis en Ucrania.
Putin y Abe sostuvieron una reunión en noviembre de 2015 en los márgenes de la cumbre del G20 celebrada en la ciudad turca de Antalya, en la que trataron los temas del tratado de paz y de la visita de Putin a Tokio, según informó el portavoz del mandatario ruso, Dmitri Peskov.
Rusia y Japón técnicamente continúan en guerra desde 1945, ya que nunca suscribieron un tratado de paz.
Tokio condiciona su firma a la devolución de cuatro islas Kuriles (Iturup, Kunashir, Shikotan y Habomai); Moscú, a su vez, señala que esos territorios fueron traspasados a la Unión Soviética tras la Segunda Guerra Mundial en virtud de acuerdos internacionales y que Rusia asumió la soberanía de dichos territorios como sucesora legal de la URSS.
Infografía: El contencioso de las islas Kuriles
En 1951, Japón firmó un tratado de paz de San Francisco, por el que renunciaba a su soberanía sobre las islas Kuriles y la parte sur de Sajalín, pero el documento no decía a qué país pertenecerían estos territorios, por lo que los representantes de la Unión Soviética se negaron a suscribirlo.
Tras dos años de negociaciones las partes lograron acercar sus posiciones y Tokio se limitó a reclamar solo cuatro islas Kuriles.
En 1956, la Unión Soviética y Japón firmaron una declaración conjunta en que Moscú aceptaba estudiar la posibilidad de entregar a Tokio dos islas tras firmarse el tratado de paz, pero Japón lo calificó como un arreglo parcial y siguió insistiendo en recuperar todas las islas Kuriles.
Las negociaciones posteriores no dieron resultado.