Esos campos contienen masivos volúmenes de recursos prospectivos de hidrocarburos que superan 2.907 millones de barriles de petróleo crudo equivalente (el décimo productor de crudo extrae un promedio de 2,26 millones de barriles diarios), sin contar los elevados riesgos tecnológicos que ese tipo de reservorios de alta mar presenta.
La extensión de cada bloque con hidrocarburos localizados bajo el lecho marino, miden de 1.600 a 3.000 km cuadrados, y las profundidades de las áreas van de 500 a 3.000 metros de profundidad de tirantes de agua, valuados en alrededor de 4.000 millones de dólares cada uno, dijo a su turno Lourdes Melgar, subsecretaria de Hidrocarburos.
Los bloques han salido a concurso de una licitación que durará nueve meses, y cuenta con el interés de las grandes petroleras internacionales con tecnologías para esas grandes profundidades, porque son mucho más grandes a los subastados en las tres fases anteriores de la Ronda Uno (de cinco convocatorias previstas) en la apertura petrolera emprendida este año 2015.
La cuarta licitación que multiplicaría por siete las inversiones comprometidas en todo 2015 para cinco años, está diseñada para "atraer a aquellas empresas que cuentan con capital y tecnología para extraer petróleo y gas en estas regiones de difícil acceso", pero los primeros barriles de producción de esos campos no se verán antes de 2018, dijo Colwell.
La quinta fase de la Ronda Uno, que cerrará el próximo año 2016, prevé la oferta de los campos rocosos de esquisto en la frontera con Texas, que ya está en plena producción en EEUU.
El martes pasado, México adjudicó los 25 contratos de campos maduros terrestres de bajo riesgo, en una subasta que superó las expectativas, a pesar del derrumbe de los precios del crudo en todo 2015.
La subasta de campos terrestres de esta semana siguió a dos anteriores para campos en aguas someras del Golfo de México, subastados en julio y septiembre, cuando solo cinco de los 19 contratos ofertados fueron licitadas con éxito, y los subastado en todo 2015 podría representar unos 7.000 millones de dólares en cinco años, según Coldwell.