Lo resuelto por las partes constituye “un conjunto de acuerdos de carácter histórico”, pues es la primera vez en el mundo que un acuerdo de paz crea “un completo sistema de acciones para lograr que las víctimas puedan cumplir con su aspiración de contar con justicia, reparación y no repetición”, dijo Cepeda, del izquierdista Polo Democrático, cuyo padre, el representante Manuel Cepeda Vargas, fue asesinado en 1994.
El esquema aprobado entraña que todos los actores del conflicto reconozcan su responsabilidad en violaciones de derechos humanos, admite que el Estado puede, luego de concluidas las hostilidades, otorgar una amplia amnistía.
Pero advierte que los delitos de lesa humanidad, el genocidio, y los crímenes de guerra y violaciones a los derechos humanos graves no podrán ser objeto de amnistías, indultos u otros beneficios penales.
Para Cepeda, el Gobierno y las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia) aún tienen aspectos importantes por tratar en la mesa de negociaciones en La Habana.
Por ejemplo el abandono de las armas, que permitiría dar paso a un cese del fuego bilateral en las primeras semanas o meses de 2016 y en consecuencia a la firma definitiva de la paz antes del 23 de marzo, como las partes han previsto.
“Es un camino difícil el que aún resta para alcanzar un acuerdo final de paz con las FARC, por lo que no hay que ser ingenuos”, precisó Cepeda.
El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, reunido este martes en la norteña ciudad de Cali con su par de Ecuador, Rafael Correa, señaló en su cuenta de Twitter que este avance abona el terreno para concluir las negociaciones.
“En La Habana llegamos a acuerdo con FARC en el punto de Víctimas. ¡Nunca antes estuvimos tan cerca de un acuerdo definitivo! #LaPazEstáCerca”, escribió Santos en esa red social.
El Gobierno y las FARC adelantan una serie de diálogos de paz desde noviembre de 2012 para poner fin a un conflicto armado interno de más de medio siglo, considerado el más antiguo del hemisferio.