Jeremy Corbyn y Angus Robertson advirtieron en sus respectivas intervenciones en la Cámara de los Comunes de que el plan esbozado por el primer ministro conservador para extender los bombardeos contra los yihadistas no es sostenible.
Corbyn instó al dirigente conservador a "ser honesto" y no ocultar el consejo de militares y analistas en seguridad de que "el riesgo de ataques terroristas en Reino Unido se incrementará a corto plazo".
A su vez, el jefe del grupo parlamentario nacionalista escocés emplazó al Ejecutivo conservador a aclarar la ideología y disponibilidad en la lucha contra el EI de las fuerzas del Ejército Libre Sirio (FSA, por sus siglas en inglés), que Cameron estima en torno a los 70.000 efectivos.
Robertson no obtuvo respuesta a sus repetidas preguntas sobre la proporción de militantes del FSA entre "moderados y fundamentalistas" y sobre el número que estará dispuesto a relegar su batalla contra el Gobierno de Bashar el-Asad para unirse al esfuerzo de los aliados occidentales.
El Gobierno tampoco rebatió la afirmación de la diputada laborista y miembro del Comité de Exteriores, Yasmin Qureshi, de que el balance real de tropas factible de enfrentarse directamente contra el EI en Siria se acerca a 15.000 individuos.
Esto es debido a que, según pronosticó Robertson, "solo dos de los 59 diputados escoceses" votarán esta noche a favor de extender los bombardeos de la Real Fuerza Aérea (RAF) de Reino Unido contra posiciones islamistas más allá de la frontera de Irak.
Salvo un vuelco de última hora, los Comunes aprobarán la moción del Gobierno para emprender una acción a la que se opone el "72 por ciento de escoceses", según denunció el diputado independentista escocés.
"No ignoremos las lecciones de Irak, Afganistán y Libia de que es necesario tener un plan creíble para ganar la paz", urgió Robertson.
Corbyn coincidió con su homólogo escocés en que la "opinión pública está moviéndose crecientemente en contra de la poco meditada idea de apresurarse a ir a la guerra".