Según informa el diario The New York Times, el consenso es mayor en el campo republicano, donde el gobernador de Nueva Jersey, Chris Christie, llegó incluso a afirmar que derribaría a aviones rusos si violaban el espacio de una eventual zona de exclusión aérea.
"Mi primera llamada sería a Vladímir (Putin) y le diría, 'Mire, vamos a imponer esta zona de exclusión aérea'", afirmó Christie el pasado 12 de octubre.
Mientras, en el campo demócrata, la favorita a las primarias, Hillary Clinton, también ha defendido la medida como parte de una estrategia política "para llevar a Rusia a la mesa de negociaciones".
Según O'Malley, "esto (la imposición de una zona de exclusión aérea) podría conducir a una escalada de proporciones de la guerra fría en caso de un accidente, no creo que eso esté en el mejor interés de los Estados Unidos".
Por su parte, el favorito en las primarias republicanas, Donald Trump, no ha expresado una posición clara: "sé que esto no suena a mí mucho, pero me gustaría sentarme y ver qué ocurre", dijo.
Según los expertos consultados por el rotativo neoyorquino, la posición mantenida por los precandidatos obedece a su intención de acentuar su perfil público durante la campaña.
"Da como para un tuit, suena bien y hasta parece una idea de política exterior, pero cuando entras en detalle, ves que no va a funcionar", señaló Luke Coffey, un investigador de la Heritage Foundation.
Oficialmente, la Casa Blanca ha rechazado por consejo del Pentágono la imposición de una zona de exclusión aérea en Siria, particularmente después del inicio de la operación rusa.