"Puede intervenir para salvar a mi hijo (…) si lo hiciese, aumentaría su reputación a ojos del mundo y nos rescataría de una gran tragedia", dijo Nusra al Ahmed, la madre del condenado, en una entrevista al diario británico The Guardian.
Organizaciones de defensa de los derechos humanos como Amnistía Internacional o el primer ministro de Reino Unido, David Cameron, han pedido al Gobierno saudí que detenga la ejecución.
Arabia Saudí ha rechazado las peticiones de clemencia.
Según al Ahmed, su hijo fue torturado para obtener una confesión.
"Cuando visité a mi hijo por primera vez no le reconocí (…) pude ver claramente una herida en su frente (…) entendí que durante el interrogatorio fue golpeado y abofeteado, hasta que le saltaron los dientes; orinó sangre durante un mes, dijo que podía sentir el dolor por todo su cuerpo", relató.
Ali Mohamed Baquir al Nimir se enfrenta a la pena capital por haberse unido a las protestas de la comunidad chií en la ciudad costera de Qatif que reclamaban igualdad de derechos.
Al Nimir está formalmente acusado de asistir a una protesta, utilizar su celular para promover las protestas y poseer una arma de fuego.
En 2015, Arabia Saudí ha decapitado a más de 100 reos, según recoge el medio británico.