Las nuevas flexibilidades de los contratos mexicanos obedecen a la caída de las inversiones de las compañías petroleras, afectadas por el derrumbe de los precios mundiales del crudo a más de la mitad, desde su pico de 2014, dijo a Sputnik Nóvosti una fuente cercana a las negociaciones.
Tema: Crisis del mercado petrolero mundial
El anuncio —aplaudido en círculos de las petroleras privadas, según la fuentes consultada que solicitó el anonimato— ha sido hecho un día después de que México redujo hasta 10 por ciento los niveles de utilidad mínima exigida por el Estado en los nuevos contratos de producción de hidrocarburos que serán licitados en la segunda fase de la Ronda Uno.
El nuevo rango de utilidades exigidas por México bajó a niveles de 30 a 35,9 por ciento, es decir, entre cuatro y diez puntos abajo del 40 por ciento que exigió para los campos petróleos en aguas someras, en la debutante primera fase de histórica Ronda Uno de licitación que el 15 de julio pasado puso fin al monopolio estatal, en el cual la estatal Pemex era la única operadora petrolera desde 1938.
Por otra parte, el valor mínimo para el incremento del programa de trabajo en todas las áreas licitadas ha sido reducido de 10 a cero por ciento, de manera que las petroleras competirán libremente en ese rubro.
La Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH) incorporó este martes a la convocatoria de la tercera fase de la Ronda Uno las modificaciones que anunció el lunes para la segunda fase que concluye el 30 de septiembre.
Además, la visita a las áreas petroleras contractuales terminará más de un mes más tarde que el 2 de octubre previsto, y finalizará el 6 de noviembre para facilitar las estimaciones de los inversores.
El 15 de diciembre, la estatal CNH abrirá los sobres entregados por las petroleras con sus propuestas económicas para determinar a los ganadores de los contratos para la extracción de crudo.
Otra modificación crucial permite a un licitante agrupado en un consorcio reemplazar a un operador por otra empresa que esté preclasificada o no.
Sin importar la caída de los precios causada por excedentes de crudo en los suministros mundiales, México —que marcó su pico histórico de producción petrolera en 2004 con 3,4 millones de toneles al día— está determinado a elevar su producción de los 2,2 millones de barriles actuales, a niveles de 2,5 millones de b/d en 2018, al fin del mandato de Enrique Peña, y a 3 millones de b/d en 2025.