El nuevo rango de utilidades exigidas bajó a niveles de 30 a 35,9 por ciento, es decir, entre cuatro y diez puntos abajo del 40 por ciento que México estableció en los campos petróleos en aguas someras, en la primera fase de histórica Ronda Uno de licitación que puso fin al monopolio estatal de 77 años, en el cual la estatal Petróleos Mexicanos era la única operadora petrolera.
Esos nuevos niveles mínimos podrán facilitar la alicaída inversión privada nacional y extranjera –impactada por los bajos precios del petróleo en el mundo- se aplican a la oferta de nueve campos de extracción en cinco áreas geográficas en aguas someras del Golfo de México que serán sometidos a concurso al final de septiembre.
El Estado también recibirá ingresos por la extracción de hidrocarburos mediante otros impuestos a la renta y las regalías básicas; pero los valores mínimos anunciados son una nueva y decisiva pista para que los inversores extranjeros y nacionales interesados afinen sus propuestas dos semanas antes de la subasta.
El ganador de cada bloque será el que ofrezca el mejor y más alto valor ponderado de la propuesta económica, integrado por 90 por ciento de la participación del Estado en las utilidades operativa del reservativo petrolero; y un diez por ciento del factor de inversión adicional al programa mínimo para el campo contratado.
Los valores mínimos establecidos implican que, considerando todos los elementos económicos de inversión —utilidad mínima, impuestos y regalías del contrato- "el Estado recibirá la mayor parte de las utilidades totales asociadas al desarrollo de las áreas contractuales licitadas", indica el reporte de Finanzas.
Los programas mínimos definen las actividades que, a juicio de la Comisión Nacional de Hidrocarburos, son los valores básicos para elevar el potencial petrolero en cada bloque, para extraer de forma óptima los hidrocarburos.