Una hipótesis apunta a su intención de destruirla, a pesar de que el grupo yihadista indicó en mayo, tras tomar la localidad, que no derruiría los restos arqueológicos, como hizo en algunos lugares emblemáticos de Irak, entre ellos, la ciudad asiria de Nimrod.
El EI indicó que destruiría algunas estatuas, pero que dejaría intacto el resto de Palmira, aunque los responsables de antigüedades del Gobierno sirio no han dejado de temer por la destrucción de la ciudad, de valor incalculable.
La segunda hipótesis que apunta la ONG es que los yihadistas hayan minado la zona antigua para evitar que puedan acceder las fuerzas gubernamentales sirias.
A finales de mayo, el EI difundió por internet diversas imágenes de la zona antigua de Palmira, donde viven 50.000 personas. Las fotos mostraban las ruinas romanas intactas.
Activistas del OSDH que mantienen contacto con ciudadanos de Palmira han confirmado que, de momento, los restos arqueológicos — una de las principales atracciones turísticas de Siria antes de la guerra — no han sufrido daños.