Según la funcionaria de la ONU, "no podemos permanecer en silencio: la destrucción deliberada del patrimonio cultural constituye un crimen de guerra”, y ha llamado a todos los líderes políticos y religiosos de la región a unir esfuerzos y recordar que no hay ninguna justificación política o religiosa para la destrucción del patrimonio cultural de la humanidad.
La ciudad de Nimrod (Kahlka), fundada hace más de 3.300 años, fue una de las capitales del imperio asirio, y ahora podría estar parcialmente destruida por la organización Estado Islámico (EI).
Este grupo yihadista, que hace unos días destrozó la mayoría de piezas que se exhibían en el Museo de Mosul (norte de Irak), muchas de las cuales databan del Imperio Asirio (siglos VIII y VII a.C.), destruyó ayer los restos de Nimrod, situada al sur-este de la ciudad, según aseguraron las autoridades iraquíes.
El ministerio afirmó que los militantes del EI continúan "desafiando la voluntad del mundo y los sentimientos de la humanidad" y llamó al Consejo de Seguridad de la ONU a reunirse para discutir cómo proteger el patrimonio cultural de Irak.
Muchos de los objetos hallados en Nimrod —entre ellos los famosos toros alados- se trasladaron al Museo Nacional de Irak, en Bagdad, y al extranjero, pero otros permanecieron en la excavación y en el Museo de Mosul.
Bajorrelieves, piezas de marfil y esculturas se encuentran entre algunos de los tesoros hallados en Nimrod, donde las primeras excavaciones modernas comenzaron en la década de 1840.
En el Museo Británico se exhiben, entre otras, algunas de las 6.000 piezas de marfil talladas, conocidas como los marfiles de Nimrod.
“Había estatuas y paredes, así como un castillo que han destruido por completo”, señaló la misma fuente.
El EI considera que las estatuas antiguas son "falsos ídolos" que, de acuerdo con una aplicación estricta del Corán, tienen que ser destruidos.
La destrucción de Nimrod, de las piezas del Museo de Mosul o de miles de ejemplares de libros de la Biblioteca de Mosul recuerdan a la demolición de las esculturas de los Budas de Bamiyan en Afganistán por parte de los talibanes, en 2001.