Sadakazu Tanigaki y Yoshihisa Inoue, secretarios generales del Partido Liberal Democrático y Komeito respectivamente, se reunirán durante su viaje de tres días con Wang Jiarui, jefe del Departamento Internacional del Comité Central del Partido Comunista de China (PCCh).
La delegación japonesa también intentará reunirse con alguno de los siete miembros del poderoso Comité Permanente del PCCh que pilota el rumbo del país.
Los representantes de las mayores potencias asiáticas negociarán la puesta en marcha de nuevo de las reuniones bilaterales de miembros gubernamentales, que fueron suspendidas un lustro atrás por la escalada de tensiones.
En la agenda figuran temas espinosos como la voluntad de Tokio de reformar su constitución para permitir la defensa colectiva o el discurso que el primer ministro, Shinzo Abe, dará en el 70 aniversario del final de la Segunda Guerra Mundial.
Los países que fueron víctimas del imperialismo nipón del pasado siglo están preocupados por la posibilidad de que Abe matice las disculpas oficiales japonesas del pasado.
"Nos gustaría promover la confianza entre Japón y China", ha dicho Tanigaki antes de un viaje que forma parte de la estrategia de Abe de aliviar la tensión con Pekín.
La prensa nacional china ha elevado el tono contra Japón en las últimas semanas al entender que no afronta con honestidad su pasado, y aprovechó la reciente visita a Tokio de la canciller alemana, Angela Merkel, para presentar a Alemania como ejemplo.