"Occidente no comprende hasta qué punto los rusos son resistentes al estrés y qué tipo de privaciones extremas son capaces de soportar cuando se enfrentan a una amenaza exterior", declaró el analista.
Según Papadopoulos, la actitud agresiva de EEUU en Ucrania y la aplicación de sanciones podrían ser consideradas como una amenaza por los rusos.
"Occidente considera erróneamente que en Rusia existen ciertas fuerzas prooccidentales, pero todas las encuestas muestran que los rusos apoyan la política del presidente Vladímir Putin, a diferencia de la ruda política de Occidente en Ucrania y en el mundo en general", dijo el experto a RIA Novosti, al comentar qué consecuencias ha traído este año de confrontación entre los países occidentales y Rusia.
Papadopoulos observó que Rusia, al igual que cualquier otro país económicamente desarrollado e inserto en la economía mundial, sufre a consecuencia de las sanciones.
Pero estas no solo dañan a Moscú, sino también a sus socios.
"Por supuesto, las sanciones afectan a la economía rusa, pero los problemas que surgen son factibles de solucionarse y pueden ser controlados", indicó el analista.
Según Papadopoulos, las contrasanciones rusas no afectaron a EEUU, puesto que el intercambio comercial entre ambos países es despreciable.
"Pero Rusia no perdió en la guerra de sanciones con la UE, muchas economías de la UE, desde la inglesa hasta la alemana y la española, padecen por la imposibilidad de comerciar con Rusia, y ejemplo de ello son las recientes protestas de los agricultores de España", razonó Papadopoulos.
El experto considera que EEUU tratará de mantener las sanciones durante el mayor tiempo posible, mientras la UE, por su parte, tratará de limitar el tiempo de estas.
"Tomando en cuenta estas circunstancias, sería justo advertir que las sanciones no serán derogadas próximamente", opinó el analista.
Al comentar hasta qué punto Occidente logró sus objetivos al presionar a Rusia con sanciones, Papadopoulos observó que el objetivo principal de EEUU y sus aliados consiste en "desbaratar la economía rusa y crear un descontento general en el país, para que a consecuencia de una insurrección popular contra el gobierno el poder fuese tomado por una administración prooccidental".
Según el experto, este objetivo fracasó rotundamente.
"La economía rusa es más fuerte y estable de lo que piensa Occidente, al contrario, durante los últimos días el rublo se ha recuperado tras la caída casi incontrolable de otoño pasado; el curso del rublo respecto al dólar subió en más de un 12%", señaló el analista.
Papadopoulos advirtió que Occidente subestimó hasta qué punto el Kremlin logró capitalizar esta situación, y convertirla en una ganancia que permitió compensar las pérdidas ocasionadas por las sanciones.
"Como ejemplo podríamos citar el acuerdo para el suministro de gas firmado el año pasado con China", indicó el interlocutor de la agencia.
Por su parte, otro experto, el director del instituto European Leadership Network, Ian Kearns, considera que durante el año que siguió a la ruptura de relaciones entre Rusia y Occidente solo se incrementó el grado de la confrontación.
"Desde noviembre hasta principios de marzo observamos 27 incidentes nuevos, que podrían calificarse de graves, es decir, más provocativos que otros, y que conllevan un riesgo de agravar la situación", observó Kearns.
Como ejemplo de sus palabras, recordó el suceso del 12 de diciembre de 2015, cuando un avión ruso casi choca contra un avión de pasajeros de la compañía SAS, y el uso en marzo de bombarderos en respuesta a ingreso de buque de la OTAN en el Mar Negro.
"Los restantes 25 incidentes fueron menos peligrosos, incluyendo la búsqueda de submarinos rusos y el peligro que enfrentaron los vuelos civiles sobre Irlanda debido a los vuelos de bombarderos rusos", observó Kearns.
El experto considera que el Gobierno ruso debería revisar su actitud respecto a la demostración de su poderío militar y valorar los riesgos que esto implica.
"Ahora en la OTAN ha comenzado a comprender con claridad la necesidad de mantener los canales militares de comunicación con Rusia, estos deben conservarse a pesar de la ruptura de la colaboración militar con este país", indicó Kearns.
El analista argumentó que las medidas encaminadas a evitar este tipo de incidentes "deben ser discutidas tanto al interior de la OTAN como durante los encuentros entre el secretario general de la Alianza con el representante de Rusia ante esa organización".