“Para proteger los intereses a largo plazo de EEUU y mantener la seguridad y estabilidad en el Medio Oriente, la política estadounidense de confrontar el extremismo violento debe tener como prioridad exigir a aliados como Egipto, Baréin y Arabia Saudita que desistan de reprimir y negarles derechos y libertades básicas a su propio pueblo”, dijo Neil Hicks, director de Human Rights First.
La organización señaló que al buscar socios en países autoritarios con una horrenda historia de violaciones a los derechos humanos, EEUU “arriesga seguir una estrategia contradictoria o incluso contraproducente” en su lucha contra el extremismo.
“Varios aliados estadounidenses en la lucha contra el Estado Islámico se aprovechan de la amenaza de terrorismo para negar derechos y libertades básicas a sus ciudadanos, lo que genera una radicalización en la sociedad y propicia un clima en el que el extremismo violento y la inseguridad regional prospera”, declaró Human Rights First.
Baréin, país que alberga la 5ta Flota de EEUU, comete abusos graves a los derechos humanos como arrestar a manifestantes pacíficos, torturas o juicios contra disidentes políticos, según un informe del Departamento de Estado de EEUU
Arabia Saudita es un aliado clave de EEUU en la región y tiene una situación preocupante de DDHH, incluyendo la restricción a la libertad de palabra y religiosa, tortura, arrestos arbitrarios, entre otros abusos, señala el informe.
En Egipto, el informe registra los abusos más graves, como el derrocamiento de un gobierno democrático, abusos por parte de las fuerzas de seguridad, incluyendo torturas y asesinatos, represión de las libertades y juicios militares para ciudadanos civiles