Según informó la AFP, citando medios locales, la decisión forma parte de las medidas tomadas para "mantener la seguridad y la estabilidad y luchar contra las amenazas terroristas".
Desde 2011, la oposición chií de Bahréin organizó varias manifestaciones antigubernamentales.
Las fuerzas de seguridad de Bahréin consiguieron aplastar las protestas con la ayuda de militares de otros países del Golfo, ante todo de Arabia Saudí.