El 17 de enero, el bloguero opositor ruso Alexéi Navalni regresó de Alemania a Rusia y fue arrestado en un aeropuerto moscovita.
El 18 de enero, la Justicia rusa lo condenó a 30 días de prisión preventiva.
A Navalni se le imputan los delitos de estafa contra la empresa de productos de belleza Yves Rocher y apropiación ilícita de fondos de la maderera Kirovles. El opositor rechaza todas las acusaciones en su contra y las considera políticamente motivadas.
Según el Servicio Penitenciario Federal, Navalni fue detenido por múltiples violaciones de su libertad condicional. Había sido declarado en busca y captura en Rusia el 29 de diciembre de 2020.
El 18 de enero, Navalni publicó un vídeo en el que anima a sus seguidores a realizar manifestaciones no autorizadas el 23 de enero en varias regiones de Rusia. Las autoridades rusas habían calificado de inaceptables los llamamientos a participar en las manifestaciones no autorizadas. Además, el Comité de Investigación de Rusia abrió un expediente penal por llamados dirigidos a menores de edad a participar en concentraciones masivas ilegales.
Navalni permaneció en Alemania desde finales de agosto de 2020, donde se sometió a un tratamiento después de haberse descompensado durante un vuelo doméstico en Rusia. Más tarde, su portavoz afirmó que el bloguero había sido envenenado con una sustancia tóxica. El Kremlin lo niega y considera dicha versión infundada. El Gobierno ruso solicitó a Berlín facilitar pruebas.