Tom Kirby desmenuza la inminente invasión militar de EEUU, como en el siglo XIX, para "limpiar" la transfrontera de los múltiples carteles que operan en México.
En 1996, Caspar Weinberger, exsecretario del Pentágono en la mayor parte de los dos mandatos del presidente republicano Ronald Reagan y defenestrado por el escándalo del Irán-Contras, en el estrujante libro La Próxima Guerra —en colaboración con Peter Schweizer, presidente del fascista Instituto James Madison y con un prologo volcánico de la ex primera ministra Margaret Thatcher—, vaticinó cinco invasiones de EEUU:
- Corea del Norte;
- Irán;
- México, como consecuencia del advenimiento de un Gobierno "radical";
- Rusia;
- Japón.
De sus cinco escenarios, después de casi un cuarto de siglo, Japón ha sido intercambiado por China, mientras que hoy sería un suicidio nuclear intentar un amago irredentista contra Rusia, no se diga, en menor escala, a Corea del Norte, hoy dotada con alrededor de 35 ojivas nucleares.
Weinberger —de padre judío y madre episcopal— fue vicepresidente de la poderosa trasnacional Bechtel y expresidente de la revista globalista Forbes, de la cual es accionista el apátrida expresidente mexicano Ernesto Zedillo, quien se benefició del asesinato del candidato presidencial Colosio para imponer la agenda neoliberal global e iniciar la entrega geopolítica de las reservas de hidrocarburos en las aguas profundas del golfo de México, de una superficie de dos millones de kilómetros, equivalente a todo su territorio nacional.
Hace dos años rememoré las guerras de EU contra México desde Reagan hasta Trump y formulé que tanto el portal Stratford, catalogado como la CIA de los empresarios de Wall Street —que define la balcanización de México mediante los poderosos carteles de la droga—, como el Ejército de EEUU mantienen un menú de guerras multivariadas y balcanizaciones contra México.
El pasado 11 de marzo, la DEA realizó un aparatoso operativo contra el CJNG donde fueron arrestados "centenas de sus asociados como parte de una operación de seis meses para atacar su infraestructura con base en EEUU", según The Washington Post.
La primera fase de la operación, denominada Project Python, parece un preámbulo de una guerra transfronteriza que se puede extender al territorio mexicano, en particular al eje Sonora/Sinaloa/Nayarit/Jalisco, donde opera impávido el cártel de Sinaloa.
El presidente mexicano López Obrador se ha pronunciado contra la intervención foránea para combatir a los poderosos carteles de la droga que operan en México, rechazando la sugerencia del fiscal estadounidense William Barr.
Al respecto, el periodista Tim Kirby señala la inminencia de "una guerra foránea de EEUU cerca de su hogar", léase una intervención militar de EEUU en México que significaría tres cosas muy importantes para el futuro cercano de EEUU.
- 1) La "fortaleza a EEUU" sería confirmada: Trump estaría empujando una nueva Doctrina Monroe cuando EEUU ha apoyado el "cambio de régimen" en Bolivia y Brasil, y su cerco a Venezuela, y deja permear que tiene "un deseo tangible de enfocarse al sur de su frontera" a "diferencia y contraste" de Ucrania, Siria y el resto de Oriente Medio", cuyos frentes "son dejados estáticos".
- 2) "EEUU reafirmaría su dominio continental que ganó en 1846-1848": pone en relieve las ventajas geopolíticas de EEUU por ostentar la "mejor geografía en la historia humana" y elucubra en el túnel del tiempo que si México hubiera ganado la guerra en la década de 1840, cuando "las batallas eran un asunto de hombres y bayonetas en igualdad de condiciones, (…) hubiera controlado la entera costa occidental y la mayor parte de la mitad de lo que es hoy EEUU", lo cual le hubiera otorgado una "ventaja geopolítica titánica que hoy goza EEUU".
Trump no ha ocultado que, por encima de todo, "teme a China", pero "su pasión por el muro transfronterizo y el control migratorio lleva a deducir que México es quizá el numero dos en la lista de sus enemigos mas temidos", lo cual se conjuga con "su deseo para intervenir que estaría enmascarando la necesidad para reafirmar el dominio de EEUU en el continente y así repetir el triunfo de 1848 que es parte de la razón por la que EEUU se volvió una superpotencia".
Agrega que con una nueva guerra, Trump dejaría "quebrado y humillado" a México y así no sería capaz de conseguir la "reconquista mediante la creciente natalidad demográfica de los mexicanos a los dos lados de la frontera, en especial los alrededor de 55 millones de mexicanos contabilizando a los 'ilegales', que son ya mayoría en los principales estados de mayor PIB de EEUU: California y Texas [donde han sido ocultados los recientes censos]".
Le faltó agregar a Kirby que uno de los máximos triunfos geoestratégicos de Obama fue haber descolgado la entreguista reforma energética del binomio apátrida Videgaray-Peña que le regaló a EEUU el control del petróleo en las aguas profundas del golfo de México.
- 3) "La reacción pública a una batalla cerca del hogar sería radicalmente diferente y probablemente más apasionado" debido a la pletórica presencia de mexicanos y latinos en EEUU, ya que "el atacar a México crearía una violenta contrarreacción en todo EEUU" y tendría un "diferente carácter" que las usuales "guerras lejos del hogar estadounidense".
En ultima instancia, EEUU inventó a los carteles de la droga de México quizá como un caballo de Troya a futuro y a quienes armó hasta los dientes incluyendo misiles y poderosas armas de fuego que no posee el Ejército mexicano y ahora pretende controlar su creación —muy parecido al estilo de la implantación deliberada de los yihadistas sunnitas en el corazón de Oriente Medio— con una masiva intervención que limpie a esos mismos carteles en territorio mexicano con propósitos doblemente geopolíticos, de supremacismo racista blanco, anglosajón y protestante (WASP) y de paso, como plataforma para una reelección de Trump que ahora sufre el triple embate del COVID-19, el colapso del gas lutita y su fracking y el desplome bursátil.