"Hasta ahora el Presidente había optado por focalizar sus esfuerzos en implementar su estrategia, basada en la persuasión, aun pagando un alto costo político", explicó a Sputnik el investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
El 26 de noviembre, el presidente de EEUU, Donald Trump, anunció que se propone designar como "grupos terroristas" internacionales a los carteles narcotraficantes mexicanos.
Según el especialista, ahora López Obrador deberá definir si también paga un costo en sus relaciones con el Gobierno de EEUU, con quien trata de mantener una política de "respeto mutuo, pese a las diferencias", indicó el autor de la obra "Tópicos de política criminal".
El presidente mexicano dijo señalando que está abierto a buscar acciones concertadas, pero subrayó que acepta "cooperación sí, intervención no".
Por su parte, el canciller Marcelo Ebrard planteó una "diplomacia de unidad nacional para defender soberanía y decisiones propias".
El hecho se dio luego de una emboscada perpetrada el 4 de noviembre pasado en una remota región montañosa del estado mexicano de Sonora, fronterizo con EEUU, donde la familia reside desde hace varias décadas.
Líderes del clan familiar le reclamaron a la Casa Blanca actuar contra los carteles narcotraficantes con los mismos mecanismos usados en Irak, Siria o Afganistán, ya que estos grupos dejan cada año miles de muertos, en referencia a los consumidores estadounidenses de narcóticos y mexicanos abatidos.
Violencia sin tregua
Pero el asesinato de los LeBarón es apenas uno de los múltiples casos de matanzas ocurridos en México durante el primer año de gobierno de López Obrador, un dirigente de izquierda nacionalista que llegó al poder prometiendo "abrazos, no balazos", y con llamamientos a "portarse bien", en busca de "la felicidad de ser buenos".
Según cifras oficiales, hasta ahora se contabilizan más de 32.000 muertes durante el primero de los seis años para los que fue elegido, el más violento en dos décadas.
El investigador dijo que "el costo de esta estrategia de seguridad ha sido generar una percepción ciudadana de radicalización de la violencia que la pone en entredicho".
Las acciones del Gobierno por fortalecer el sistema de justicia, crear una Guardia Nacional integrada con militares, medidas sociales para prevenir el consumo de drogas y disuadir a los jóvenes de unirse a criminales "deberán en los próximos meses focalizarse en obtener resultados", recomendó Álvarez.
A esa presión interna se suma Trump, quien ha pedido a López Obrador que "deje entrar" a EEUU para "limpiar la zona", una petición por ahora rechazada.
La presidenta del Senado mexicano e integrante del movimiento que llevó al poder a López Obrador, Mónica Fernández, dijo que Trump debe "respeto" a la soberanía mexicana.
"No vamos a participar ni a tolerar ningún tipo de intromisión", advirtió.
El canciller Ebrard sostiene que calificar a los carteles como grupos terroristas "carece de sustento" y no contribuiría a solucionar la violencia.
La familia LeBaron publicó una carta agradeciendo a Trump su intención de combatir al narcotráfico y rechazando acusaciones por pedir una "intervención extranjera".
"No somos "vende patria" o traidores a nuestro país. La realidad es que la seguridad, la libertad y las oportunidades económicas del pueblo mexicano han sido secuestradas por la violencia y la brutalidad de los carteles", expresó la familia en la misiva.
El 1 de diciembre, López Obrador cumplirá su primer año en el Gobierno, enfrentando una aguda disyuntiva y con su principal promesa, la de la pacificación del país, todavía sin cumplir.