Internacional

España, entre el consumo de prostitución y la condena al proxenetismo

España es el país con el mayor consumo de prostitución de toda Europa y un paraíso para las mafias de trata de personas, tal como lo han revelado investigaciones de la ONU y otros organismos nacionales e internacionales. Activistas sociales alertan sobre la relación que podría haber entre el consumo de porno, la prostitución y la trata de personas.
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Mabel Lozano es una reconocida periodista, cineasta y actriz española que lleva más de 12 años denunciando las barbaries que se esconden detrás de las luces de neón de los burdeles.

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Sus documentales Voces contra la trata de mujeres, Chicas Nuevas 24 horas y El proxeneta muestran la cruda realidad de aquellas mujeres que, por necesidad, caen en las redes de traficantes de personas y son obligadas a vender su cuerpo lejos de sus países de origen. Por sus obras cinematográficas, Lozano ha recibido varios premios nacionales e internacionales, entre ellos el Premio Festival Cine de Málaga 2009, Premio Avanzadoras Oxfam Intermon 2015, Premio Amnistía Internacional ABCyCine 2016 y el Premio Rodolfo Walsh 2018. 

Mabel Lozano conversa con Sputnik sobre prostitución, el consumo del porno y la trata de personas con fines de explotación sexual, temas que recurrentemente salen a la palestra pública en España, pero sobre los cuales aún no se ha legislado.

—Expertos en violencia sexual han denunciado durante varios años que España es uno de los principales destinos de trata y tráfico de personas con fines de explotación sexual. ¿Por qué España se convirtió en un “paraíso” para las mafias de proxenetas?

Hay varios temas básicos. Lo primero es que en España la prostitución está normalizada, legitimada de toda la vida. 

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Segundo, que con respecto a América Latina tenemos lo más importante: el idioma. A España vienen las mujeres latinoamericanas: paraguayas, colombianas, dominicanas, cubanas y ahora venezolanas porque es más fácil llegar acá por el idioma. De Venezuela están llegando muchas mujeres muy jóvenes. Muchas llegan a Colombia. En Bogotá me he encontrado cientos de mujeres y niñas víctimas de trata, y en España está abarrotado de mujeres venezolanas, precisamente por la vulnerabilidad de la situación. 

​Tercero porque también somos la puerta para Europa para muchas mujeres, por ejemplo, para las africanas, las nigerianas. Por último, tenemos una climatología que nos permite tener a muchas mujeres prostituyéndose en las calles, porque toda nuestra costa de Levante y Andalucía lo permite por la temperatura.  Todo eso hace que seamos un país idóneo.

—¿A partir de cuándo se empieza a dar esta situación?

A partir del siglo pasado. Miguel el Músico, con el que he trabajado en mi documental El proxeneta, que era uno de los grandes proxenetas españoles, cuenta que él y otros veinte idearon llegar a América Latina para captar a las mujeres ahí, traerlas a España y explotarlas sexualmente.

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Él también cuenta que eso se inició a finales del siglo pasado porque España tenía una burbuja económica impresionante: eran las Olimpíadas, la Expo de Sevilla, se estaba construyendo de todo. Había una gran burbuja económica, y el dinero es el termómetro de los vicios, si hay dinero hay dinero para prostitución, alcohol, drogas.

Entonces, a finales del siglo pasado nuestros clubes españoles empezaron a estar atestados de mujeres latinoamericanas, sobre todo colombianas, paraguayas, dominicanas, y nadie preguntó por dónde venían, quién hacía su proceso migratorio, cómo habían llegado hasta ahí. 

—¿Quiénes controlan y dirigen esta actividad en España?

No más de una veintena de hombres españoles que son los dueños de los burdeles de toda la vida. 
Como ellos siempre van unos pasos por delante, ya a las mujeres las traen directamente a pisos porque son más inaccesibles para las fuerzas de seguridad del Estado. En esos pisos es donde las alecciona y una vez aleccionadas pasan al flujo del sistema prostitucional: a grandes burdeles o burdeles de segunda, de tercera categoría, y finalmente acaban en la rotonda, en la calle.

—El proxenetismo es uno de los negocios más lucrativos del mundo. Se dice que en España supera los 5 millones de euros al día. A la vez son pocas las detenciones y sentencias contra proxenetas ¿cómo hacen ellos para operar a sus anchas?

De los 5 millones que mencionas es muy importante que resaltes que es en negro. Claro, es un sistema con cientos de complicidades, lógicamente. A ver, el dinero lava muchas conciencias. Sabemos que el narcotráfico mata a muchísima gente, pero ¿por qué sigue existiendo? 

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Porque es un negocio. Bueno, este también es un grandísimo negocio, entonces yo creo que lo más importante es que dejemos el señalamiento de las mujeres a un lado, porque está claro por qué vienen, y poner el foco en que, en el siglo XXI, uno de los grandes negocios es la compra, venta y alquileres de seres humanos. Y lo podemos disfrazar como queramos, pero este, la trata de personas es uno de los grandes negocios del siglo XXI debido a la globalización, debido al neoliberalismo, porque todo se puede comprar, y si tienes dinero, más. Y luego, por supuesto, hay que poner el foco en la otra pata: a quienes están demandando ese tipo servicios.

—Recientemente, una columna del diario Público, decía que el año pasado España ocupó el puesto 12, entre todos los países del mundo, con el mayor número de visitas en una web porno y que el video pornográfico más visto escenifica una violación grupal a una mujer. ¿Tiene alguna relación el consumo de este tipo de porno con las más de 100 agresiones en manada que se han denunciado desde 2006?

Claro, claro. Totalmente. En España el porno no está regularizado, quiere decir que se está accediendo a contenido de una gran violencia por parte de chavales muy jovencitos.

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En España a los chavales les regalan un teléfono móvil cuando se hace la Comunión, con 9 años, con esa edad están viendo unos contenidos brutales, de un machismo y violencia hacia la mujer brutales, porque eso es el porno: machismo y violencia brutal. Entonces, desde luego, el porno brutal ya no solo lo vemos en la calle, sino que lo vemos de manera repetida. El impacto de la pornografía en chavales muy jóvenes los lleva a muy temprana edad a consumir luego sexo de pago porque no se atreven a decirle a las chavalas que quieren ese tipo de sexo, y porque ellos llegan a pensar que es un tipo de ocio y divertimento, nadie les habla de nada.

Repito, para esos chavales la pornografía es simplemente ocio. La pornografía no está regulada. Entonces, un chaval de 9 o 10 años está viendo una violación, el dominio, la sumisión hacia la mujer y nadie les ha creado un pensamiento crítico, de decirles "vamos, lo puedes ver", pero eso no tiene nada que ver con la realidad, con el deseo, con las relaciones consensuadas y consentidas, porque en el porno, como en la prostitución, el hombre manda y la mujer cumple sus órdenes.

—Desde 2018 el gobierno dice que está trabajando en una Ley Integral contra Trata de seres humanos ¿qué ha pasado?, ¿por qué no avanza?

No, no ha avanzado. Primero el gobierno dijo que estaba avanzando una ley contra la trata, y yo levanté la mano porque no, contra la trata no vale. 

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La trata con fines de explotación sexual, la trata laboral, la trata para extracción de órganos, no son los mismos delitos. Son trata todos, pero no es lo mismo a que yo te traiga obligado a que yo te esté prostituyendo en un club. Tiene que ser una ley integral contra la trata con fines de explotación sexual con auténtica perspectiva de género por el hecho de serlo. Con esto no le estoy quitando importancia a los otros delitos, que son igual de importantes, pero cada uno necesita su ley. Es que este (trata de personas con fines de explotación sexual) es el segundo negocio ilícito que más dinero genera en el mundo y hay que tomárselo muy en serio. Por el momento se ha quedado en una PNL (Proyecto No de Ley), es decir, nada.

—¿Qué más se podría hacer?

Yo he puesto todo el rato sobre la mesa otra ley, que es importantísima y no costaría nada hacerla, que es tipificar todas las caras del proxenetismo. No puede existir el proxenetismo consentido, que no está penalizado por ley, son las tercerías locativas. 

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Las mujeres entregan todo el dinero a los proxenetas por el miedo, por las amenazas y por eso se lo entrego. Eso se llaman tercerías locativas. Necesitamos una reforma absoluta y urgente para que condene todas las caras del proxenetismo, que nadie se pueda lucrar de la prostitución ajena. Eso sería muy fácil para todo el mundo entender. Tú podrías hacer lo que quisieras con tu cuerpo, pero yo no me puedo lucrar. Eso permitiría acabar con el proxenetismo. La mayoría de las mujeres que ejercen la prostitución en España lo hacen por cuenta de un tercero, que es el que se lucra. Necesitamos una reforma legislativa que condene el proxenetismo.

—¿Qué le dirías a las mujeres en situación de vulnerabilidad para que no se dejen captar por estas mafias?

Es que es muy fácil decirle a un tercero que no tiene para comer y que vive en una situación de grandísima violencia, decirle qué hacer. Cómo le digo a una mujer que tienes 4 hijos, dos por violaciones, lo que tiene que hacer. Es muy fuerte.

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A quienes sí puedo decirles qué deben hacer es a los gobiernos que cómo es posible que no hagan políticas en las zonas donde saben que las mujeres están en situación de vulnerabilidad. Es ahí donde yo trabajo. A las mujeres lo único que puedo hacer es proteger, vestirlas de derechos, pero no soy quién para decirles qué hacer. Yo también soy madre y si estuviera en una de esas situaciones también lo haría para dar de comer a mis hijos. A quienes hay que tirar de las orejas es a los gobiernos por la falta de legislación, por la falta de interés. Somos el 50% de la población mundial, no somos un colectivo.

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