¿Abolir o regularizar la prostitución? La polémica que divide al feminismo
Barón fue duramente criticada por las imágenes que colocó en el barrio Palermo de Buenos Aires, en las que se la ve posando muy provocativa con medias de red, sosteniendo un pancho y con un número de teléfono debajo. A los pocos días, pidió disculpas pero se mostró, al mismo tiempo, como una defensora de la legalización de la prostitución.
Regulacionismo
Esta postura considera que la prostitución es un trabajo como cualquier otro cuando se elige. Por lo tanto, debe ser regulada por el Estado y garantizar derechos para quienes la ejercen. Esta visión rige en países como Alemania y Holanda en Europa y en Uruguay, Perú, Ecuador, Bolivia, Colombia y Venezuela en Latinoamérica.
Otro aspecto importante es que diferencian el trabajo sexual de la trata de personas y están totalmente en contra de esta última. Incluso militan activamente para erradicarla. Consideran que no son escuchadas y son tratadas con violencia "mayor a la que ejercen los proxenetas y clientes" por sectores del abolicionismo.
Abolicionismo
Los países escandinavos como Suecia son referentes de este modelo que sostiene que la prostitución no es ni puede ser un trabajo, y por lo tanto debe ser abolida. En Latinoamérica, Argentina es un país abolicionista desde 1949.
Su principal argumento es que en un sistema capitalista y patriarcal que oprime a las mujeres y transexuales, no se puede realizar una elección libre ya que esta se encuentra condicionada por factores como la falta de trabajo y una educación que resalta el hecho de que las mujeres pueden conseguir "ciertos beneficios con su cuerpo".
"La mayoría de las compañeras que han estado en situación de prostitución tienen secuelas físicas y psíquicas desde insomnio, ataques de pánico, depresión, problemas de diabetes y presión arterial. Porque también, lamentablemente, muchas han tenido que consumir drogas para poder soportar tanta violencia en su cuerpo durante tanto tiempo", concluyó Sierra.