"Estaba en marcha un golpe de Estado legislativo: pudo haberse dado una ruptura del orden constitucional y de la democracia que tanto costó", dijo a esta agencia Cornejo, del opositor Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN, izquierda).
La crisis comenzó el pasado jueves, cuando Bukele invocó el artículo 167 de la Constitución para convocar a través del Consejo de Ministros a una sesión extraordinaria de la Asamblea, para tratar la aprobación de un crédito internacional para financiar la tercera fase del plan Control Territorial.
La Asamblea aprobó un informe en el que demostraba la improcedencia de tal llamado, por considerarlo una violación de la separación de poderes del Estado, y Bukele afirmó que si los diputados no acudían incurrían en desacato y el pueblo podría ampararse en el artículo 87 para iniciar una insurrección ciudadana.
Bukele afirmó ante una multitud reunida en una de las entradas al Parlamento que "Dios" le había recomendado paciencia y esperar a las elecciones legislativas y municipales de 2021 para sacar a "los sinvergüenzas" de los curules.
Cornejo cuestionó la convocatoria de Bukele, pues muchos empleados de instituciones públicas fueron obligados a participar, y buena parte de ellos llegaron en transporte del Estado.
Para Cornejo, este episodio "fue innecesario, pero sin dudas premeditado", ante la renuencia de los diputados a aprobar casi 30 millones de dólares para un sistema de videovigilancia que presuntamente instalará una compañía mexicana de seguridad que le pagó un viaje en jet privado al viceministro de Seguridad Osiris Luna.
"Estamos en un país donde el equilibrio y la separación de poderes es fundamental, y el presidente no puede controlarlos todos", enfatizó la diputada del FMLN, quien espera un pronunciamiento de la Corte Suprema de Justicia al respecto.
Los diputados ya fueron convocados para este lunes por Mario Ponce, presidente de la actual legislatura, para votar por el dictamen de la Comisión de Hacienda referido al crédito de marras.