"En febrero de 2021 todos los sinvergüenzas de la Asamblea van para afuera, les pido paciencia, y si estos sinvergüenzas no aprueban esta semana el dinero del Plan Control Territorial, nos volvemos a reunir acá el próximo domingo", dijo Bukele a la multitud reunida en una de las entradas del edificio legislativo.
Bukele llegó a la Asamblea y ocupó el asiento del diputado Mario Ponce, presidente de la actual legislatura, del cual se levantó tras una breve oración para dirigirse a la multitud convocada, algunos por iniciativa propia y otros movilizados en transporte estatal.
"Yo le pregunté a Dios y él me dijo paciencia. El 28 de febrero a todos estos sinvergüenzas los vamos a sacar por la puerta trasera", proclamó Bukele, en alusión a las elecciones legislativas y municipales previstas para dicha fecha, el próximo año.
Antes de retirarse, el mandatario insistió: "Ningún pueblo que haya ido en contra de Dios ha triunfado, una semana más señores, una semana", en una apelación a la religiosidad del pueblo que diversas voces cuestionaron, incluso desde el catolicismo.
La crisis comenzó el pasado jueves, cuando Bukele invocó el artículo 167 de la Constitución para convocar a través del Consejo de Ministros a una sesión extraordinaria de la Asamblea, para tratar la aprobación de un crédito internacional para financiar la tercera fase del plan Control Territorial.
La Asamblea aprobó un informe en el que demostraba la improcedencia de tal llamado, por considerarlo una violación de la separación de poderes del Estado, y Bukele afirmó que si los diputados no acudían incurrían en desacato y el pueblo podría ampararse en el artículo 87 para iniciar una insurrección ciudadana.
En ese contexto, la Fuerza Armada y la Policía Nacional Civil de El Salvador expresaron su apoyo a Bukele, lo cual activó las alarmas de la sociedad civil y la organismos como la Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos.