"El lenguaje inclusivo comenzó de a poco a utilizarse en ciertos círculos feministas y de disidencia sexual, pero tomó mucha más fuerza después de la movilización feminista de 2018 y hoy se expande cada vez más", dijo a Sputnik la activista feminista y presidenta de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (FECH), Emilia Schneider.
Ellas se levantaron, junto a varias organizaciones feministas del país, para exigir la eliminación del sexismo en la educación, capacitación sobre igualdad de género en los establecimientos cambios en las mallas curriculares y la expulsión de todos aquellos académicos acusados de abuso sexual.
En ese mismo contexto fue recurrente escuchar a las voceras utilizando términos como "todes" o "alumnes" en los medios de prensa.
Debido a esto, en Chile se asocia principalmente el origen de la masificación de este lenguaje con los movimientos estudiantiles y feministas.
Y aunque en un comienzo su uso fue ridiculizado por algunos medios de comunicación y parte de la población, con el paso de los meses algunas autoridades y figuras públicas comenzaron a utilizarlo, entre ellas incluso la primera presidenta mujer del país, Michelle Bachelet (2006-2010 y 2014-2018).
La palabra chiquilles (chiquillos y chiquillas) fue ampliamente replicada en redes sociales, debido a que por primera vez una autoridad importante utilizaba lenguaje no sexista sin ridiculizar su uso.
Además, durante su Gobierno, algunos ministerios redactaron guías de lenguaje inclusivo para eliminar estereotipos sexistas, sugiriendo palabras y términos neutros y más respetuosos con la diversidad de género, entre ellos los de Cultura, de la Mujer y de Educación.
Distinto es el caso del actual presidente, Sebastián Piñera, quien se ha manifestado en contra del uso de este tipo de lenguaje.
"El término 'todes' es un absurdo que hay que desterrar; cuando yo hablo de las personas, me refiero a todas las personas, hombres y mujeres", afirmó el año pasado en una entrevista televisiva.
Manuales oficiales
El Manual de Lenguaje Inclusivo de Género del Ministerio de Cultura de 2016 ofrece una cantidad de términos "para que el personal de la institución cuente con las herramientas que faciliten su uso".
En tanto, el Manual de Lenguaje No Sexista del Ministerio de Educación de 2017 sugiere cambiar algunas frases al momento de explicar una materia; por ejemplo, recomienda decir "el origen de la especie humana", en vez de "el origen del hombre".
También, propone cambiar los términos para referirse a grupos de personas, y decir "la adolescencia, la juventud y el profesorado", y no "los adolescentes, los jóvenes y los profesores".
El 5 de agosto de 2019, el Servicio Nacional de la Mujer, funcionarios del Registro Civil y varias instituciones públicas participaron de un taller de capacitación de enfoque de género y lenguaje inclusivo, pero al igual que las guías de los otros ministerios, este lenguaje es optativo, y no ha sido adoptado de manera oficial para los comunicados ni los textos oficiales.
Burlas
Schneider explicó que el lenguaje inclusivo aún es ridiculizado por muchas personas, debido a que "algunos creen que es la principal reivindicación del feminismo, y que su utilización va a terminar con la desigualdad y la explotación de las mujeres".
Schneider, una de las principales activistas durante las manifestaciones de 2018, comentó que en su universidad este lenguaje ha tenido amplia aceptación.
"Este lenguaje ha calado bastante hondo en el estudiantado, lo que es positivo, y también en cierta parte de los académicos y académicas más progresistas, quienes han comenzado a hablar de 'todas y todos' y también, a hablar en lenguaje neutro diciendo 'todes", dijo.
Además, explicó que el petitorio feminista del año pasado durante las protestas fue escrito en lenguaje neutro, con la letra "e", y una de sus exigencias era que la universidad adoptara esta forma de comunicarse de manera oficial, lo que finalmente no ocurrió.
Hacer ruido
La fundación Todo Mejora es una de las principales organizaciones chilenas dedicadas a promover la inclusión y el bienestar de niños, niñas y adolescentes que sufren de bullying (acoso) y comportamiento suicida, y se ha enfocado en utilizar el lenguaje inclusivo.
"Ocupamos la x incluso en nuestros materiales y textos escritos porque hay personas que no se identifican ni como hombre o mujer, sino que con género no binario", dijo.
Además, Faúndez señaló su uso es también "para generar ruido en la sociedad".
Por último, señaló que quienes más ocupan este lenguaje son las generaciones más jóvenes.
"En el mundo infantil el uso de la letra e está instalado; por ejemplo, mi hijo ha tenido discusiones en su colegio para que se use esta letra, porque le hace más sentido", contó.
El avance del lenguaje inclusivo ha ido acompañado de otros cambios en materia de género.
En 2018 se promulgó en Chile la Ley de Identidad de Género, que permite a las personas trans registrar su cambio de sexo legal y su nombre, con el derecho a ser reconocida e identificada conforme a su identidad de género, otorgándole una importancia fundamental al lenguaje utilizado para referirse a una persona.