"Se decidió indexar el crédito y la tasa de interés con la tasa de cambio, porque todos los que van a pedir crédito, en su mayoría, por no decir en su totalidad, actuaban como receptores de créditos para comprar dólares, y ya no tendrán ese estímulo, porque a la hora pagar el crédito se va a diluir su ganancia especulativa en el mercado cambiario, eso aplica a las personas jurídicas", dijo a esta agencia Jesús Faría, economista integrante de la Comisión de Finanzas de la Asamblea Nacional Constituyente (ANC).
"Pides un crédito en bolívares, compras dólares y cuando se devalúa el bolívar vendes los dólares, pagas el crédito y te queda una ganancia especulativa, y bajo esa premisa el Gobierno toma la decisión de: "vamos a quemarle las manos a los especuladores", explicó en entrevista con Sputnik, Leonardo Buniak, magister en economía internacional, especialista en finanzas internacionales, consultor en planificación estratégica y calificador de riesgo bancario.
Faría, quien entre 2016 y 2017 se desempeñó como ministro de Comercio Exterior de Venezuela, explica que la resolución 41.742 del Banco Central de Venezuela, está dirigida a corregir un problema que afecta a todos los sectores de la economía nacional: la fluctuación desequilibrada del dólar.
El economista consideró que ninguna política para detener esta alteración podría ejecutarse sin un efecto colateral.
"En una situación tan compleja como la que vive el país, jamás vas a conseguir alguna decisión o algunas políticas, que traten de corregir algo y no tengan efectos colaterales, en este caso los comerciantes o inversores reales, pero esos efectos colaterales tendrán que ser corregidos por otras políticas", apuntó.
El economista y doctor en gerencia de la Universidad Central de Venezuela, Andrés Giussepe, exdiputado del Parlamento Latinoamericano y Caribeño (Parlatio) en el período 2000-2005, señaló que la indexación de créditos se hace inviable para quienes necesitan dinero para comprar maquinarias o generar empleos.
¿Dolarización indirecta?
Giussepe afirmó que este tipo de medidas solo impulsa la dolarización, pues sostiene que un comerciante no pedirá un crédito en bolívares, para ser cobrado en dólares, si su producto se transa en la moneda local, tomando en cuenta su acelerada devaluación y la imposibilidad de generar un cálculo de fluctuación a futuro.
Faría debate esta opinión, y considera que la dolarización indirecta ya está en curso y no por las medidas que tome el Banco Central de Venezuela (BCV), sino como consecuencias de las sanciones que desde 2017 el Gobierno de Estados Unidos aplica a su país.
"El tema de la dolarización está avanzando, eso es como una raya más en un tigre, y la dolarización tampoco se va a revertir si se deja de tomar esa decisión, es una realidad, y esa realidad la tienes que ir componiendo de una manera progresiva, porque no hay varitas mágicas para solucionarlas", expuso.
Además, señala que el objetivo de esta medida es desalentar la actuación de los grupos que se dedican a la especulación cambiaria, y reconocer quizá no se logre totalmente, "pero es lo que se quiere".
Créditos indexados
El Banco Central de Venezuela no ofreció detalles sobre qué cantidad de empresarios estaban utilizando estos créditos para obtener ganancias especulativas en el mercado cambiario, pero sostuvo que la medida busca que los créditos se usen para actividades productivas.
La autoridad del Banco Central no estuvo disponible para declarar a esta agencia, pero durante una conferencia reseñada por el portal web Descifrado, indicó que de acuerdo a como funcione esta resolución la entidad financiera nacional revisará la política de encaje legal para que la banca preste dinero y haga su trabajo de intermediación financiera.
El BCV anunció el primer incremento del encaje legal en octubre de 2018, cuando pasó de 21,5% a 31%; y en enero de este año volvió a subir a 57%, su aumento reduce los recursos que la banca puede destinar a los créditos y retiros del fondo público con el fin de generar una reducción de la liquidez monetaria (cantidad de dinero disponible en bolívares), de acuerdo a lo explicado por las autoridades.
El propósito de estas medidas, de acuerdo a lo señalado por el BCV, también era que las empresas no soliciten créditos aprovechándose de las bajas tasas de interés de la banca y de la hiperinflación, para comprar divisas a la tasa paralela, pero para Buniak esta medida solo tuvo un efecto debilitante para la banca.
Banca escuálida
Por ello, a su juicio, el Gobierno se vio obligado a lanzar un salvavidas a la banca pública y privada por el inminente quiebre a muchas instituciones financieras, ante el proceso de "enanismo o de raquitismo" financiero que vino sufriendo este sector en medio de la hiperinflación y la hiperdevaluación.
"Esto es un salvavidas, porque iban a comenzar a haber bancos quebrados, estaban ocurriendo con la banca pública y privada por igual; el sistema bancario es extremadamente sensible, lo que quiso evitarse (el Gobierno) fue detener la extinción en moneda extranjera a valores constante de la cartera de crédito de la banca", apuntó.
"Es decir que, si mañana el dólar sube y mi cartera de crédito no va a caer, ahora mi crédito está indexado al dólar", sostuvo.
Giussepe, por su parte, consideró que estimular la cartera de créditos y tomar medidas para favorecer a la banca, es apoyar a un sector que a su juicio no actúa en beneficio del país.
"Si desde el Gobierno se quiere estimular el crédito, lo que se está es estimulando al sector bancario especulativo, que nunca ha invertido en Venezuela", acotó.
"La banca es necesaria para una economía y si la banca desaparece, si desaparece la intermediación financiera, estamos muy mal, ¿qué ocurría ahora?, ocurría que no se estaban dando créditos, porque el Banco Central de Venezuela tenía un encaje absoluto de todos los recursos, porque quería impedir que el dinero fluyera al mercado cambiario, ahora el que pida prestado para meter en el mercado cambiario y especular, va a tener que pagar toda su ganancia al final", añadió.
Esta medida, para el constituyente, está adherida a otras, que en medio de un escenario que define como de guerra económica, son necesarias para sobrellevar la hiperinflación que afronta el país desde noviembre de 2017.
Buniak destacó la necesidad de "devolver al BCV su autonomía", para proteger al bolívar para que "deje de financiar la gestión deficitaria del Gobierno" y se frene la economía bimonetaria, que mantiene la circulación del dólar y el bolívar con grandes diferencias.
Mientras, para Giussepe lo necesario es controlar la inflación y crear una competencia de otras divisas con el dólar.
"El dólar es el que nos está haciendo daño, he venido proponiendo que se genere un sistema cambiario complementario, como se hacía a finales de los 80", algo que para Buniak y Faría no es tampoco el punto central del problema que afronta la economía venezolana.
Ante estas perspectivas, el presidente venezolano, Nicolás Maduro, llamó a un cese del bloqueo financiero ejecutado por Estados Unidos, país que exige su renuncia como jefe de Estado, como condición para levantar las sanciones que recrudecieron desde 2017, y que apuntaron principalmente al sector petrolero, principal fuente de ingresos.