"Sería muy peligroso que estos actores estuvieran en Venezuela sin tener algún tipo de garantía o con la posibilidad que en el ejercicio de los planes injerencistas en contra de Venezuela se produzca algún hecho desafortunado en contra de estas personas", señaló.
El especialista consideró que con la salida del personal estadounidense, el Gobierno de Venezuela se resguarda que un eventual ataque contra alguno de estos funcionarios pueda ser utilizado como pretexto para una intervención militar desde la Casa Blanca.
En ese sentido, Ortiz, egresado de la Universidad Central Venezuela, manifestó que la decisión del Ejecutivo venezolano también obedece a los constantes actos de injerencias en los asuntos internos de la nación sudamericana por parte del personal estadounidense.
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"Lo primero la acción de injerencia; supongo yo que el Estado venezolano tiene elementos para hacer ver a la opinión pública que hay actores que están participando de manera más abierta en el proceso de favorecer una intervención militar contra Venezuela, que finalmente es el método político de cambio de régimen que está instrumentando la Administración de [Donald] Trump", expresó.
"Esto ha coincidido con un suceso que en función de las informaciones que ha venido difundiendo el Gobierno responden a un ataque desde el punto de vista cibernético, a un proceso de sabotaje, que de acuerdo a las informaciones que están difundiendo tienen toda la factura de venir por parte de los actores del Gobierno de los Estados Unidos", acotó.
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Sin embargo, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, declaró el 12 de marzo que espera en algún momento iniciar un proceso de diálogo con su homólogo estadounidense, que permita abrir una oficina de intereses entre ambas naciones.
El pasado 27 de enero, Venezuela y EEUU habían acordado mantener una oficina de intereses luego de que Maduro rompiera relaciones con el país norteamericano y estableciera un plazo de 72 horas para que los diplomáticos abandonaran su país.
En ese momento, al menos 70 funcionarios estadounidenses salieron de Venezuela, y solo se quedó el personal esencial.
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El Gobierno de Estados Unidos anunció el pasado 23 de enero que desconocía el mandato de Maduro y manifestó su respaldo al opositor Juan Guaidó, quien se autoproclamó ese día como "presidente encargado" del país, apelando a un artículo de la Constitución que prevé la figura en caso de que exista un vacío de poder, pero no bajo el argumento de "usurpación del cargo", como alegó.