El sabotaje eléctrico que dejó por más de doce horas sin servicio de electricidad a más de la mitad de Venezuela recuerda dicha frase, pero también profecías autocumplidas.
En el artículo titulado 'La guerra en Venezuela: ¿la sorpresa de octubre?' se describía a finales de 2018 el siguiente escenario:
Usualmente, las hipótesis no intentan describir por completo la realidad, funcionan más bien como un ejercicio de aproximación. Su importancia radica en la posibilidad de rasgar la difusa incertidumbre y proveer a la mente algo de luz. La audacia y la intuición de quien escucha, hacen la otra parte.
Lecciones de la frontera
Con más de sesenta días de tensiones políticas a cuestas, decidimos llevar una carpeta de apuntes sobre los próximos escenarios que podría atravesar Venezuela, y confrontar las ideas con la opinión experta.
Entrevistamos a Rafael Belisario, abogado con estudios en ciencias políticas y filosofía de la guerra. Recién llega a Caracas desde la frontera y parece ansioso de querer exponer sus conclusiones sobre la agresión que vivió el país durante los días 23 y 24 de febrero.
—¿Cómo se desarrolló el Teatro de Operaciones en Táchira, durante esos días tan peligrosos?
El ejército mercenario
Para Belisario, lo ocurrido en los cuatro puentes que comunican Venezuela con Colombia no es más que el inicio de un conflicto que se plantea en grandes dimensiones.
A este contexto, se le agrega un componente nuevo: La unión del grupo de militares venezolanos que han venido desertando desde hace algún tiempo con las bandas criminales, como la conocida Tren de Aragua, las cuales engrosan ahora las filas de este ejército de invasión.
"Ambas fuerzas, están siendo adiestradas y apertrechadas por EEUU para constituir lo que en palabras de Freddy Bernal, enviado especial del Gobierno venezolano para el estado Táchira, es el ISIS de América Latina", comenta el analista.
#SoloenSputnik ✒️ Centinela Soberano 2018: "El muro de contención contra "el ISIS" en Suramérica". La crónica de @josenegronv sobre una operación especial en la frontera colombo-venezolana.https://t.co/pPYSzzr52K pic.twitter.com/VGC69u9g0Z
— Sputnik Mundo (@SputnikMundo) August 20, 2018
Según informaciones suministradas por Belisario, uno de los jefes paramilitares que lidera este ejército mercenario es conocido como Necoclí, líder negativo de la banda los Rastrojos. Sin embargo, a pesar de los esfuerzos dados por las fuerzas de seguridad venezolana para eliminar el peligro que representan estos grupos, la mayor dificultad estriba en que cuentan, a juicio del analista, con todo el apoyo del Gobierno colombiano.
"Estas bandas criminales, van a Colombia, se resguardan, se reorganizan y luego vuelven a atacar Venezuela", afirma.
Otra de las amenazas es que dichas estructuras delictivas también terminan permeando el Estado venezolano y en especial el sistema de justicia.
Aprovecho una pausa, para preguntar algo que comienza a debatirse en todo el país.
—¿Debe permanecer cerrada la frontera?
1) Hoy se ha compartido en muchas cuentas este video de la TV de Cúcuta: veamos algunos elementos. En la ciudad reportan una disminución de las ventas hasta en un 40%. Esta es la primera parte del reportaje pic.twitter.com/cWUeZkeVs3
— Larissa Costas (@Larissacostas) March 7, 2019
Operaciones negras y parálisis estratégica: lo próximo en la agenda
Hacemos revisión de mapas y elaboramos escenarios en una pequeña libreta. Belisario considera que el próximo conflicto será de mayor escala y tendrá lugar "cuando los grupos mercenarios estén listos para eso". No obstante, se adelanta a lo que viviríamos con algunas pocas horas de diferencia.
"Debemos entender que estos grupos no solo van a operar en Táchira, hay un mecanismo de infiltración donde va a haber ataques selectivos a dirigentes políticos de la Revolución, ataques a objetivos vitales de la vida del Estado y cuando te digo vitales me refiero a desde un pozo petrolero hasta una estación eléctrica".
—¿Es decir que debemos prepararnos para una oleada terrorista?
— Así es, debemos prepararnos para la paramilitarización de la política.
La frase retumba en mis oídos y le recuerdo pasajes de un artículo que escribió recientemente titulado 'Las nuevas guerras: una aproximación a la situación venezolana'. Allí se abordan algunas nociones que resultan esclarecedoras para analizar en profundidad lo que ocurre en el país suramericano.
—En dicho trabajo académico considerabas que con Venezuela se aplican las llamadas "operaciones basadas en efectos", ¿qué significa esto?
— Los conflictos del siglo XXI se desarrollan con diversas estrategias militares y no militares. La guerra ha pasado de su plano sangriento, violento y traumático al plano conductual, la primera batalla que se libra es por el control de las mentes y los corazones. El objetivo principal de una guerra es cambiar el comportamiento del enemigo y la forma de hacerlo no es la destrucción o afectación física del objetivo, sino el efecto que se desprende de la acción sobre este…
—El ejército estadounidense parece estar virando su modo de hacer la guerra hacia un enfoque que podríamos considerar más cercano a Sun Tzu, por eso de ganar la guerra sin pelearla…
—¿Qué es lo que se está aplicando?
La entrevista culmina con la convicción de que el Estado venezolano debe prepararse para un conflicto difuso que se peleará de manera 'asimétrica' palmo a palmo en cada rincón del país, y donde las acciones terroristas serán punta de lanza. Destruir la cotidianidad y la paz del pueblo venezolano, para así vencer por agotamiento es el objetivo puesto sobre la mesa.
Así fue como prepararon la derecha local y la derecha rancia gringa lo que ellos llamaron 'operación blackout", que busca colapsar al país saboteando el centro de operaciones de gerenación del Sistema Eléctrico Nacional, del que dependen la mayoría de los servicios públicos #8Mar pic.twitter.com/kRNpzChoWC
— Con el Mazo Dando (@ConElMazoDando) March 8, 2019
LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE SPUTNIK