Luego de fracasado el plan "humanitario" de Estados Unidos para ingresar por la fuerza material logístico para generar disturbios callejeros en Venezuela, las redes sociales se vieron saturadas de mensajes que mostraban una particular etiqueta: #IntervencionMilitarYa.
¿Qué lleva a una persona a aceptar la necesidad de la violencia como única vía para solucionar los conflictos? La antropología del contraterrorismo tiene una palabra para ello: Radicalización.
Los ciudadanos debemos unirnos en un solo clamor, somos millones, que se haga la voluntad del soberano no de grupos políticos en complicidad con la tiranía, oxigenan mientras nos asesinan. #IntervencionMilitarYA todos a pedir la Intervención, @AsambleaVE es cómplice de GENOCIDIO. pic.twitter.com/NmvYuFrm8G
— #Libertaria (@Adn_Maye) 28 февраля 2019 г.
Si @davidbisbal nos quiere ayudar, que pida por todos los medios disponibles:#IntervencionMilitarYA #VenezuelaNoAguantaMas pic.twitter.com/NE0BVzpbBd
— banda (@bandabaostore) 27 февраля 2019 г.
El camino de la destrucción
Bill Braniff, investigador de la Universidad de Maryland, concibe la radicalización como "la aceptación de la violencia como algo necesario para el progreso de un objetivo ideológico". Una estrategia que aplican ciertos liderazgos políticos para reclutar adeptos y para encauzarlos hacia un tipo de acción particularmente agresiva.
El investigador considera que existen cuatro elementos esenciales para identificar y entender la radicalización: "resentimiento, ideología, brecha cognitiva y movilización".
Para Braniff es importante acotar que estos elementos no funcionan de manera lineal, ni son determinísticos. Sin embargo, la presencia o combinación de algunos factores son suficientes para llevar a un individuo común y corriente a radicalizarse.
Braniff resume así el proceso:
En el caso venezolano, el resentimiento, que es un estado emocional que surge de alguna clase de desigualdad o injusticia que debe ser corregida (consideremos el deterioro de la situación económica o la prestación deficiente de algún servicio público) abre en el ciudadano una "brecha cognitiva", esto es la posibilidad de que pueda ser "influenciable por una fuerza externa a él".
No olvidemos nunca ni restemos importancia al verdadero culpable de todo: Hugo Chávez Frías. Este sistema opresivo lo armaron bajo su yugo. Es falsa la narración que pone al madurismo en contraposición con el chavismo. Es su cauce natural.
— Giulio Vita (@elreytuqueque) 24 февраля 2019 г.
Dicha Brecha, según Braniff y los estudios de contraterrorismo es llenada por una ideología que juega a modo de brújula moral y cognitiva. Le proporciona al individuo un conjunto de ideas que le permiten "definir el estado de cosas y le plantean una solución". Por último, se da un paso hacia la movilización, es decir, hacia una toma de posición material. Ya sea desde escribir un mensaje agresivo en redes sociales hasta participar en desórdenes públicos. No solo se debe pensar en las ideas sino que estas además deben concretarse.
¿Saben que una intervención militar en Venezuela traerá bombardeos y muerte de civiles?
— Led Varela Bargalló (@LedVarela) 24 февраля 2019 г.
Ideologías peligrosas
Para Braniff, resulta muy importante destacar la ideología como un factor altamente explicativo del por qué los seres humanos toman el camino de la violencia. Desde su punto de vista, la ideología como sistema bien articulado de ideas, ayuda a interpretar el descontento social y la realidaden términos amplios.
Le brinda al individuo una vía rápida para asignar culpas, mostrándole qué está mal y qué debería cambiar, pero sobre todo le dicta qué puede hacer para llevar el mundo desde su estado actual hacia su deber ser. En resumen, le permite cuatro operaciones básicas: Simplificar la realidad, adquirir un sentido de urgencia, lo dota de un deseo de cambiar o resistir al cambio y por último, le permite un conocimiento que cree es "exclusivo y definitivo".
El narcorégimen está caído. Pero dará su última pelea. Sean prudentes. Quédense en casa cuando ocurra la intervención militar extranjera e inicie la guerra civil de nuestras fuerzas armadas institucionales y tropas extranjeras contra colectivos, pranes, paramilitares y guerrilla.
— Ángel García Banchs (@garciabanchs) 24 февраля 2019 г.
"La ideología puede ayudar a polarizar la sociedad, a crear una mentalidad de nosotros contra ellos, o de pertenencia o exclusión del grupo. Y eso puede ayudar al reclutamiento y la radicalización. Puede también ayudar a la movilización de recursos para una organización terrorista que busque el progreso de esa ideología. Las ideologías sirven también frecuentemente para definir los parámetros de violencia que una determinada organización terrorista utilizará. Así, por ejemplo, qué clase de objetivos están justificados o son elegibles para ser atacados. Qué clase de tácticas son aceptables y cuáles no lo son. Incluso la organización de un ataque puede venir dictada por los límites de una ideología" afirma Braniff.
Las imágenes que se usan para distinguir la causa, la música, los símbolos o las palabras, todo es un vehículo para canalizar y activar emociones en quienes serán no solo los receptores de dicha ideología, sino también sus defensores más férreos y la vanguardia en las acciones que se les ordene ejecutar.
Desde los “escuderos” de Altamira hasta Oscar Pérez: Cómo los medios limpian la imagen al terrorismo https://t.co/KYi1UIOTeV
— José Marín (@guarneto) 17 января 2018 г.
Victor Asal, académico de la Universidad de Albany, cree que si se quiere luchar contra la incubación de la semilla de la violencia, identificar y neutralizar las ideologías que inciten al odio es una de las tareas prioritarias de los Estados.
"Creemos que la razón para esto es que cuando tienes un determinado tipo de ideología, eres capaz de pensar sobre la gente de un modo diferente. Así que hay ideologías que te permiten discriminar a los demás como 'los otros'. Si yo veo el mundo, si mi ideología me permite ver el mundo dividido entre mi lado y el tuyo. Mi lado es el bueno, el tuyo es perverso. Entonces, seguramente, lo que va a ocurrir es que si tú eres perverso, es mucho más fácil matarte".
Golpeado, apuñalado y quemado vivo por opositores terroristas en #Altamira, murió tras 15 días de luchar por su vida, Orlando Figuera 21años pic.twitter.com/2Nv0uzXHR5
— Érika Ortega Sanoja (@ErikaOSanoja) 4 июня 2017 г.
Radicalización y búsqueda de significación
Sin embargo, la ideología no explica toda la complejidad del por qué se genera una respuesta violenta, ni tampoco cómo es posible que se capte a individuos de las más distintas edades y clases sociales para sumarlos a las filas de una organización política o social que se apoya en la discriminación y el odio como forma de conseguir sus fines.
"una motivación humana de primer orden. Y es una motivación para ser alguien, para importar, para tener estatus, para tener reconocimiento, para destacar y despertar veneración en la gente que se respeta, en otras palabras, ser respetado. ¿Cómo se activa esta motivación? No tenemos esta motivación a todas horas. En ciertas condiciones sentimos esta motivación y este deseo de ser alguien, esta búsqueda de significación en mayor medida que en otras condiciones. Y una condición particularmente fuerte aparece cuando se pierde la autoestima, cuando se es humillado, sea por los fracasos personales o porque el propio grupo ha sido humillado y deshonrado. Ejemplos de humillación aparecen cuando una persona experimenta un estigma".
Íconos de las protestas en Venezuela se dividen entre votar o no #AFP https://t.co/R1ggJIwRsd pic.twitter.com/P6IrdElsNx
— Agence France-Presse (@AFPespanol) 12 октября 2017 г.
Kruglanski, llegó a esta conclusión luego de entrevistar a cientos de terroristas alrededor del mundo, y de consternarse por la pregunta de qué lleva a una persona normal, sin una patología psíquica de gravedad considerable, a anular su instinto básico de autopreservación en virtud de alcanzar los objetivos asignados, aún a costa de su propia vida. La declaración de unos de sus entrevistados es determinante:
"No había lugar para el amor. Es decir, una pasión y lealtad a ese grupo, a sus mandos, a aquellos que habían sacrificado sus vidas por el grupo. Luego alcancé una etapa en la que no sentía amor ni por mí mismo. No le daba valor a mi vida. Estaba listo para entregarme completamente, incluso para destruirme con el fin de destruir a otra persona".
Cómo antropólogo, me veo particularmente propenso a unir esta búsqueda de significación, a la campaña brutal de sometimiento psíquico, de tortura psicológica que ha aplicado Estados Unidos contra Venezuela.
Pero dejemos que Kruglanski lo explique:
"La fórmula consiste en que si se une la búsqueda de significación a una ideología, a un conjunto de creencias que te dice que la forma de recuperar la autoestima es combatiendo al enemigo mediante el terrorismo, mediante la violencia, causándole daño, hiriendo a tus enemigos, de ese modo vas a equilibrar el terreno de juego. Ellos te han hecho daño, tú vas a hacerles daños a ellos"
Semántica del exterminio cultural. Julio Borges no sólo habla en defensa de EEUU, también advierte que "Venezuela es una enfermedad contagiosa". Detrás de ese "llamado" a la modernidad está la disolución del país, de su historia y gente. Una masacre en nombre del progreso. pic.twitter.com/mmhERnUIBZ
— William Serafino (@williamserafino) 8 февраля 2018 г.
Desactivar la bomba que amenaza a la sociedad
La necesidad de recomponer el tejido social, viene a ser una tarea de primer orden en Venezuela. Las preguntas que inevitablemente surgen son: ¿Es posible desradicalizar a las personas, ayudarlas a abandonar la ruta que los lleva a través de la violencia, la destrucción y la autodestrucción?
Puede que en el caso venezolano, y en un periodo más de corto y mediano plazo, la desvinculación sea un objetivo mucho más alcanzable que la des radicalización total, y ello visto el nivel de penetración que ha tenido en muchas capas sociales, especialmente de clase media y alta, el discurso de la violencia y el odio.
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Según sea la mirada, es posible ir actuando sobre diferentes flancos del problema. Un modelo que bien podría servirnos es el llamado 'contención de la amenaza extremista', planteado por Peter Neuman del King's College de Londres y el propio Bill Braniff.
"Si tratamos de ser exhaustivos sobre la lucha contra el extremismo violento, es lógico que debamos abordar los resentimientos, llenar las brechas cognitivas con ideas o alternativas positivas, contrarrestar las ideologías militantes y a los individuos que las promueven, y, finalmente, en el último extremo del espectro del contraterrorismo, interceptar los intentos de movilización cuando lleguen a producirse. Es realmente importante, que todas estos cuatro iniciativas contra el extremismo violento sean adoptadas en paralelo", afirma.
En cualquier caso, queda mucho debate por dar y el modelo propuesto por Neuman y Braniff, no es más que un primer paso en la búsqueda de respuestas que nos permitan luchar contra la brutal y muy perfeccionada guerra psicológica planteada por Estados Unidos a Venezuela. Una agresión cuya meta no es tanto derrocar el Gobierno de Nicolás Maduro, como sí destruir a Venezuela como sociedad.
LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE SPUTNIK