"La recuperación ha sido muy lenta, la intervención del Gobierno de EEUU y de mantener los negocios en esta reconstrucción ha sido el orden del día, porque hemos notado que han utilizado la crisis y el dolor de Puerto Rico para otorgar contratos trillonarios a empresas norteamericanas en el proceso de reconstrucción y que este no ha sido lo que se ha esperado o con la agilidad que el país aspiraba", dijo el dirigente.
Solo ocho meses después la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE) reestableció la energía a casi la totalidad de Puerto Rico.
Un año después, la cifra oficial de muertes causadas directa o indirectamente por el fenómeno, asciende a 2.975.
La ineficaz respuesta de Washington, reflejada en una fugaz y criticada visita del presidente estadounidense Donald Trump y en la escasa acción de la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA, en inglés) fue para los puertorriqueños una parte importante de la tragedia que supuso el huracán.
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"¿Cómo podemos ver que la nación más poderosa del mundo, con el ejército más poderoso del mundo, no haya podido venir a Puerto Rico a traer los materiales y equipos necesarios para levantar el sistema eléctrico cuando pueden invadir cualquier país y en unas pocas semanas tienen instalados hospitales y aeropuertos militares?", cuestionó el dirigente sindical.
Privatización
El Gobierno de Puerto Rico está en pleno proceso de privatización de la empresa de energía que espera finalizar para 2019.
"Y obviamente lo que hizo el huracán María fue agilizar y profundizar esa molestia, esa incomodidad que tiene el pueblo de Puerto Rico con un servicio tan importante", observó el presidente de la Unión de Trabajadores de la Industria Eléctrica y Riego (UTIER).
Para el dirigente, "definitivamente" el huracán fue un impulso para alentar la privatización.
"Ellos profundizaron la crisis, dejaron que la gente sintiera el dolor de la necesidad del servicio eléctrico para entonces presentar como una alternativa que la privatización va a resolver los problemas", insistió.
Corrigiendo errores
La semana pasada se conoció que casi un millón de cajas de agua entregadas a la FEMA nunca llegaron a los habitantes de la isla, luego de que quedaran en un depósito del aeropuerto José Aponte de la Torre, ubicado en el municipio de Ceiba, en el este del país.
"Yo quiero explicaciones de la FEMA", dijo el gobernador Ricardo Rosselló tras enterarse de la noticia.
Hernández aseveró que la FEMA tiene todavía 28 millones de dólares destinados a la reconstrucción que no han sido entregados a las autoridades puertorriqueñas por la poca confianza que deposita en ellas.
Para el presidente de la UTIER, los trabajos de reconstrucción que llevaron adelante las compañías estadounidenses "no han sido del todo satisfactorios", por lo que los propios trabajadores de la AEE han estado "reparando y corrigiendo muchos errores".
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Si bien el servicio de energía eléctrica está reestablecido "casi en un 100%", el sistema "todavía no tiene las condiciones a las que el país está acostumbrado", que es “un sistema eléctrico confiable”.
Por eso, continuó, entre la población existe "un grado de incertidumbre de la confiabilidad que tiene el sistema eléctrico" de la isla.
Este 20 de septiembre Rosselló participará de un acto ecuménico en recuerdo del primer aniversario del huracán María.
María tocó tierra en Puerto Rico el 20 de septiembre como un huracán de categoría cuatro, causando graves daños a la infraestructura y la red de energía de la isla.
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Puerto Rico es un estado libre asociado de EEUU que carece de autonomía y de recursos para hacer frente a la destrucción de un huracán de esa magnitud.