“No ha logrado revertir los principales avances de la política de Obama, pero ha puesto la relación en una dinámica que amenaza con deteriorar esas relaciones aún más”, dijo el catedrático cubano López-Levy, radicado en Estados Unidos.
Entre las principales acciones del Poder Ejecutivo estadounidense en los últimos 12 meses se destacan las regulaciones de la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC, por sus siglas en inglés) del Departamento del Tesoro a las transacciones financieras y los viajes a Cuba y las regulaciones del Buró de Industria y Seguridad del Departamento del Comercio que limitan la política de licencias de exportaciones y reexportaciones hacia la isla caribeña.
Obama y su par cubano Raúl Castro anunciaron en diciembre de 2014 un proceso para restablecer relaciones diplomáticas que habían estado interrumpidas por más de medio siglo.
A partir de ese momento, la administración de Obama puso en marcha una serie de medidas para reducir el impacto del embargo económico a Cuba, que todavía sigue vigente y que solo puede derogar el Congreso.
Pero el 16 de junio del año pasado, Trump anunció en un acto público en Miami (sudeste) que "con efecto inmediato, estoy cancelando el acuerdo completamente desigual hecho por la pasada administración con Cuba".
Pretextos para retroceder
Pero fuentes diplomáticas comenzaron a hablar de un supuesto “ataque acústico” que Cuba desmintió en todo momento.
Poco después, el Departamento de Estado (cancillería) suspendió la emisión de visas en Cuba de modo indefinido.
El presidente cubano Raúl Castro dijo en diciembre que EEUU se apoyaba en "la fabricación artificial de pretextos irracionales" para lograr retrocesos en el relacionamiento de los países.
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“Creo que los llamados ataques sónicos, que ahora se admite que no hubo, han servido como pretexto para poner la relación en una situación difícil”, dijo López-Levy, profesor de la Universidad de Texas (sur).
Para el académico, estas acusaciones “brindan posibilidades a los sectores aguafiestas que quieren retrotraer la relación, incluso romperla, en condiciones que pueden generar una crisis en los próximos tiempos”.
Vuelos comerciales
Una de las decisiones más importantes del deshielo de Obama fue habilitar los vuelos comerciales entre EEUU y Cuba, algo que Trump limitó, pero no ha podido eliminar.
Entre esas limitaciones se cuentan los viajes de ciudadanos estadounidenses a título individual bajo la categoría de intercambios "pueblo a pueblo", que solo se podrán realizar con el patrocinio de una organización estadounidense y el beneficiario deberá estar acompañado por un representante de la misma.
La OFAC impuso asimismo condiciones a los viajes educacionales, que deberán tener el auspicio de una institución estadounidense autorizada, además de contar con acompañamiento de un representante de esa entidad.
Esto constituye un revés para la economía cubana, ya que fue de los pocos aspectos comerciales que se desarrollaron al calor del acercamiento promovido por Obama.
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Por eso, las restricciones a los viajes sí han “traído afectaciones”.
Pero “la burocracia (estadounidense) se ha dado cuenta de que el proyecto de los sectores proembargo es tan irracional que pondría al Gobierno de Trump en una directa confrontación con importantes empresas, sobre todo las aerolíneas”, observó.
Más de 284.000 estadounidenses visitaron Cuba durante 2016, un crecimiento de 74% en relación con el año anterior, según cifras oficiales que indican que la tendencia en 2017 se mantuvo.
Resultados dicotómicos
La nueva postura de Washington, que incluyó una vuelta al voto negativo de la resolución que cada año adopta la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) contra el bloqueo, tras varios años de abstención, favorece en cierto modo la imagen de Cuba en el mundo.
“Las posturas unilateralistas y maximalistas que ha exhibido Trump hacen más fácil la condena de su política hacia Cuba; ahora si eso es positivo para Cuba yo creo que sí a nivel de la votación de la ONU, pero no a nivel de la situación de posibles inversiones”, detalló López-Levy.
Estas tensiones entre los países crean “un ambiente de ruido y confrontación” que lleva a muchos capitales a comportarse con “cautela”, pues la comunidad internacional tiene presente “el peso de EEUU y su capacidad para castigar” a quienes se desvíen de las políticas que Washington establece, agregó.
Donald Trump asumió la presidencia el 20 de enero de 2017 tras superar en las elecciones presidenciales a la candidata demócrata Hillary Clinton.