"Siempre lleva riesgos toda política, pero nosotros preferimos correr riesgos desde el ejercicio de la democracia", dijo Carvajal, para quien el diálogo es una estrategia que "ha sido muy positiva" en los ocho primeros meses de administración de Moreno.
En sus intervenciones públicas, Moreno enfatiza en la necesidad de conversar sobre todo "con el diferente, con el que no piensa como uno", para llegar a acuerdos que beneficien al país, algo que, según el secretario de Estado, se está logrando.
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Para el ministro Carvajal esa percepción está alejada de la realidad.
"¿Cuál es la traición en la política de dialogar?", cuestionó, al tiempo de exigir a los nuevos "opositores" que demuestren si el actual Gobierno ha adoptado políticas públicas que afecten los intereses de los más pobres o "que provoquen daño a la ciudadanía".
Por el contrario, aseguró, "no hay una sola prueba que sustente la supuesta traición".
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La deslealtad provino de los compañeros de partido que "decidieron comenzar a criticar desde los primeros 10 días" de administración de Moreno, "a golpear al Gobierno desde el primer mes, a ponerle todos los epítetos y descalificativos, lo que nos hace preguntar: ¿por qué tanta agresión?”, cuestionó.
Corrupción
El ejemplo más saliente fue el juzgamiento del exvicepresidente Jorge Glas, condenado a seis años de prisión por corrupción vinculada a los sobornos de la empresa brasileña Odebrecht.
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"Un compromiso con la democracia, un compromiso con la transparencia siempre fue una condición de Alianza País; hemos dicho que no estamos para perseguir a nadie, pero tampoco para encubrir a nadie y el país demanda transparencia", apuntó Carvajal, quien fue legislador y ministro de Defensa del Gobierno de Correa.
Estilo nuevo
La administración de Moreno sostendrá su estrategia de "escuchar" permanentemente, de "estar dispuestos a escuchar propuestas que vengan de otros sectores", aunque esto "no significa" que siempre se aceptarán las sugerencias, aseguró.
"Algunas cosas se irán ejecutando, (con) otras cosas no estamos de acuerdo; el diálogo no es para imponer, es para conversar, para escucharnos", insistió.
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Para el ministro, el plebiscito "es un resultado concreto" de la estrategia de diálogos y, aunque "algunos querían otras preguntas o más preguntas", esto muestra que había "la necesidad desde la ciudadanía de ir resolviendo temas, de hacer correctivos".
Luego de las conversaciones deberán venir los resultados, y la administración se propone dar seguimiento a cada acuerdo que se logre con los todos sectores y de esta manera "ir corrigiendo políticas que excluyeron a las organizaciones indígenas, a las organizaciones de trabajadores, de la política pública", dijo Carvajal.
Las primeras dificultades ya se hacen sentir.
El movimiento indígena exige más celeridad para tramitar los pedidos de indulto y amnistía para cientos de nativos, mientras los empresarios piden al Gobierno alejarse de un modelo económico estatista, anclado a los ingresos petroleros, y propender a la liberalización del mercado.
Sin embargo, no hay certeza de que el mandatario se pliegue a esas sugerencias, pues ha insistido en que sigue siendo presidente de la Revolución Ciudadana, término acuñado por Correa para referirse a principios socialistas de igualdad, derechos sociales y redistribución de la riqueza.
Moreno inició su mandato el 24 de mayo de 2017 tras ganar las elecciones en segunda vuelta con una estrecha ventaja sobre el candidato derechista Guillermo Lasso.