La situación en Afganistán empeoró drásticamente desde finales de 2015. Esto se debe a que, por una parte, en Afganistán ha aumentado la influencia de Daesh, proscrito en Rusia y otros países, y, por otra parte, a que el movimiento radical Talibán, que anteriormente ocupó grandes
territorios en las zonas rurales de Afganistán, lanza sus ofensivas
contra ciudades importantes. El Talibán y Daesh se consideran grupos rivales y ya se habían enfrentado en el territorio de Afganistán.