El gas, un factor crucial en las tensiones entre Venezuela y Trinidad y Tobago: "La soberanía es innegociable"
El gas, un factor crucial en las tensiones entre Venezuela y Trinidad y Tobago: "La soberanía es innegociable"
Sputnik Mundo
Venezuela —ampliamente conocida por su petróleo— dejó de manifiesto su potencial energético luego de recientes decisiones del presidente Nicolás Maduro, que... 18.12.2025, Sputnik Mundo
La extinción inmediata de todos los contratos de suministro gasífero a Trinidad y Tobago en respuesta a la participación de ese país en lo que Caracas denuncia como el "robo" de un buque con petróleo venezolano por EEUU, no es solo una medida diplomática: es la revelación pública de una carta estratégica que Caracas tiene guardada y que redefine su posición en el tablero energético global.Estas cifras colocan a Venezuela no como un simple productor de crudo, sino como una potencia dual, cuya riqueza en hidrocarburos gaseosos representa una baza fundamental para su futuro desarrollo y su soberanía."Trinidad y Tobago está apostando a un cambio de Gobierno en Venezuela"La decisión, anunciada mediante un contundente comunicado de la vicepresidenta ejecutiva, Delcy Rodríguez, surge tras lo que Venezuela califica como la "participación" de Trinidad y Tobago en el asalto a un buque con crudo venezolano por parte de Washington el pasado 10 de diciembre. Sin embargo, dice Prieto, el quiebre es más profundo y se venía gestando desde el cambio de Gobierno en Puerto España."Trinidad y Tobago asume una posición radical en contra del Gobierno venezolano", señala el experto, destacando el apoyo trinitario al despliegue militar norteamericano en el Caribe y la conversión de su territorio en lo que el comunicado oficial denomina un "portaviones estadounidense". La respuesta venezolana, al cortar el suministro de gas, golpea precisamente donde más duele. "Trinidad y Tobago tiene una fuerte dependencia del gas natural", explica Prieto. "Involucra el 90% de sus exportaciones, entre 35 y 40% de su PIB". La isla, con sus propios yacimientos en declive, veía en los campos venezolanos compartidos, como Dragón (4.2 TCF) y Lorán-Manatee (10 TCF), su salvación energética. Al retirarse, Venezuela demuestra que posee el recurso y la voluntad de ejercer el control absoluto sobre él. Un mar de oportunidades bajo un mar asediadoLa potencialidad gasífera venezolana, sin embargo, no ha podido desarrollarse plenamente. Prieto describe un "ambiente volátil, incierto, complejo y ambiguo", exacerbado por las medidas coercitivas unilaterales de EEUU y sus aliados occidentales, que incrementan costos y dificultan proyectos. Paradójicamente, ese mismo mar territorial que alberga reservas que podrían catapultar al país al cuarto lugar mundial en el ranking gasífero es, según el ingeniero, el que "se ve hoy asediado por la Marina norteamericana".Esta tensión no es casualidad en el análisis geopolítico de Prieto. Estados Unidos, que aumentó sus reservas mediante el fracking, pero las consume rápidamente, tendría a Venezuela como su "segunda opción" estratégica. "Hoy en día ese mediano plazo se le ha agotado y se llega al corto plazo. Por lo tanto, sus acciones son más directas contra Venezuela como tal", afirma."El presidente Maduro, al dar por concluido ese acuerdo [con Puerto España], establece una nueva posibilidad", asegura. Dicha posibilidad implica "modelos de negocios con empresas transnacionales o con países aliados que puedan comercializar ese gas a nivel internacional", con especial foco en los demandantes "mercados asiáticos".El experto resalta la flexibilidad que ofrece la Ley Orgánica de Gas de Venezuela, permitiendo esquemas de negocio donde la participación estatal no necesariamente tiene que ser mayoritaria. "Esta ley es fantástica para Venezuela y nos permite abrir el compás para nuevos negocios", afirma. En un mundo donde el gas natural ha recobrado valor en la transición energética y los compradores buscan proveedores confiables a largo plazo, Venezuela se reposiciona.Al liberarse de un "modelo de negocio preestablecido" con Trinidad, Venezuela puede explorar otras alianzas, siguiendo modelos como el estratégico entre Rusia y China.
Venezuela —ampliamente conocida por su petróleo— dejó de manifiesto su potencial energético luego de recientes decisiones del presidente Nicolás Maduro, que destacan las gigantescas reservas de gas natural del país sudamericano, menos reconocidas mundialmente.
La extinción inmediata de todos los contratos de suministro gasífero a Trinidad y Tobago en respuesta a la participación de ese país en lo que Caracas denuncia como el "robo" de un buque con petróleo venezolano por EEUU, no es solo una medida diplomática: es la revelación pública de una carta estratégica que Caracas tiene guardada y que redefine su posición en el tablero energético global.
"Venezuela tiene mayormente un potencial gasífero en el orden de los 200,3 billones de Pies Cúbicos Normales (MMMPCN). Es actualmente el octavo país con más reservas en el mundo. Si nosotros nos disponemos a explorar nuestro mar territorial, pudiésemos estar en el cuarto puesto a nivel mundial", explica a Sputnik el ingeniero venezolano Luis Prieto, especialista en negocios del gas natural.
Estas cifras colocan a Venezuela no como un simple productor de crudo, sino como una potencia dual, cuya riqueza en hidrocarburos gaseosos representa una baza fundamental para su futuro desarrollo y su soberanía.
"Trinidad y Tobago está apostando a un cambio de Gobierno en Venezuela"
La decisión, anunciada mediante un contundente comunicado de la vicepresidenta ejecutiva, Delcy Rodríguez, surge tras lo que Venezuela califica como la "participación" de Trinidad y Tobago en el asalto a un buque con crudo venezolano por parte de Washington el pasado 10 de diciembre. Sin embargo, dice Prieto, el quiebre es más profundo y se venía gestando desde el cambio de Gobierno en Puerto España.
"Trinidad y Tobago asume una posición radical en contra del Gobierno venezolano", señala el experto, destacando el apoyo trinitario al despliegue militar norteamericano en el Caribe y la conversión de su territorio en lo que el comunicado oficial denomina un "portaviones estadounidense".
Para Prieto, la apuesta de la primera ministra Kamla Persad-Bissessar fue clara y errónea: "Trinidad y Tobago está apostando a un cambio de Gobierno en Venezuela. Ese cambio de actor es un cambio, sin duda, violento".
La respuesta venezolana, al cortar el suministro de gas, golpea precisamente donde más duele. "Trinidad y Tobago tiene una fuerte dependencia del gas natural", explica Prieto. "Involucra el 90% de sus exportaciones, entre 35 y 40% de su PIB".
La isla, con sus propios yacimientos en declive, veía en los campos venezolanos compartidos, como Dragón (4.2 TCF) y Lorán-Manatee (10 TCF), su salvación energética. Al retirarse, Venezuela demuestra que posee el recurso y la voluntad de ejercer el control absoluto sobre él.
"La soberanía es innegociable", sentencia Prieto. "Nosotros somos el dueño del recurso", agrega.
La potencialidad gasífera venezolana, sin embargo, no ha podido desarrollarse plenamente. Prieto describe un "ambiente volátil, incierto, complejo y ambiguo", exacerbado por las medidas coercitivas unilaterales de EEUU y sus aliados occidentales, que incrementan costos y dificultan proyectos. Paradójicamente, ese mismo mar territorial que alberga reservas que podrían catapultar al país al cuarto lugar mundial en el ranking gasífero es, según el ingeniero, el que "se ve hoy asediado por la Marina norteamericana".
Esta tensión no es casualidad en el análisis geopolítico de Prieto. Estados Unidos, que aumentó sus reservas mediante el fracking, pero las consume rápidamente, tendría a Venezuela como su "segunda opción" estratégica. "Hoy en día ese mediano plazo se le ha agotado y se llega al corto plazo. Por lo tanto, sus acciones son más directas contra Venezuela como tal", afirma.
"El presidente Maduro, al dar por concluido ese acuerdo [con Puerto España], establece una nueva posibilidad", asegura.
Dicha posibilidad implica "modelos de negocios con empresas transnacionales o con países aliados que puedan comercializar ese gas a nivel internacional", con especial foco en los demandantes "mercados asiáticos".
El experto resalta la flexibilidad que ofrece la Ley Orgánica de Gas de Venezuela, permitiendo esquemas de negocio donde la participación estatal no necesariamente tiene que ser mayoritaria. "Esta ley es fantástica para Venezuela y nos permite abrir el compás para nuevos negocios", afirma.
En un mundo donde el gas natural ha recobrado valor en la transición energética y los compradores buscan proveedores confiables a largo plazo, Venezuela se reposiciona.
"Si hay algo que falta en el mundo son los hidrocarburos. Unos países los tienen y otros no", reflexiona Prieto.
Al liberarse de un "modelo de negocio preestablecido" con Trinidad, Venezuela puede explorar otras alianzas, siguiendo modelos como el estratégico entre Rusia y China.
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