Bolivia inaugura su ancestral feria de los deseos, donde lo pequeño se vuelve grande | Video
© Sputnik / Sebastián OchoaLa Feria de Alasita 2025, en La Paz, Bolivia

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En la capital boliviana comenzó la Feria de la Alasita, que cada año reúne a miles de bolivianos y sus deseos de progresar en sus vidas. Cientos de objetos pequeños, que representan gran cantidad de anhelos, se venden en Alasita con la esperanza de volverlos realidad.
Este 24 de enero al mediodía, la ciudad de La Paz se llenó de transeúntes que recorrían las calles para comprar autos, casas o dinero en miniatura. Según la tradición, acudieron a yatiris y religiosos aymaras que esperaban para bendecir estos anhelos, sahumándolos en alguna de las múltiples q'oas (ofrendas) que arden en la ciudad, con epicentro en el Parque Urbano Central, donde por un mes estará la ancestral Feria de la Alasita.
La festividad de Alasita tiene su origen hace más de 2.000 años, cuando las civilizaciones indígenas dominaban el continente americano. La premisa de este culto es sencilla: uno debe hacer ch'allar con los yatiris una versión en miniatura del objeto deseado, comprado a los artesanos locales. Pueden ser autos, casas, negocios, alimentos, bebidas, hasta amor. Varios puestos venden gallos de yeso de diversos colores, que simbolizan la obtención de una pareja en este 2025.
Todo lo deseable se puede convertir en miniatura y se vende en la Feria de Alasita. Para ello hay 6.000 puestos de artesanías y otros rubros, cuya finalidad es que los deseos se vuelvan realidad. Títulos universitarios, de propiedad, incluso certificados de matrimonio diminutos, pasan por las manos de los religiosos ancestrales, quienes se valen de su vínculo con la Pachamama para garantizar su cumplimiento.
Además de miniaturas, en Alasita se encuentran comidas tradicionales, juegos y un ambiente ideal para que la recorran familias, jóvenes y niños. La festividad corre por cuenta del Ekeko, el Dios de la Abundancia de la cosmovisión Aymara. El pintoresco personaje es representado con unos kilos de más, un infaltable cigarro en la boca, además de decenas de productos y billetes colgados de sus ropas. Tiene ojos azules, una amplia sonrisa y también profundas ojeras que sugieren una vida plena de excesos.
"Los anhelos que movilizan a las personas"
Feli Flores es una artesana con más de 30 años de participación en Alasita. Su puesto ostenta miniaturas de todo tipo, además de títeres que ella fabrica: "Aquí tienen autitos, otros quieren estas vajillas diminutas, porque no tienen. A los extranjeros les gustan estos nativos que vienen con imán". Se refería a pequeñas figuras de indígenas que se pueden pegar a la heladera, por ejemplo.
"Ahí están las llamitas, los músicos, también estos perritos que a muchos les encantan y los hacemos todo a mano", explicó la artesana. En sus tres metros de puesto, reúne gran parte de los anhelos que movilizan a las personas.
© Foto : Sebastián OchoaLa Feria de Alasita 2024, en La Paz, Bolivia

La Feria de Alasita 2024, en La Paz, Bolivia
© Foto : Sebastián Ochoa
Quienes adquieren estas figuras y las hacen ch'allar, asumen un compromiso personal para alcanzar sus objetivos, en tamaño real.
Flores mostró a Sputnik un ejército de pequeños sapos de cerámica, que no medían más de un centímetro. El batracio, prácticamente desaparecido de la región andina debido al cambio climático, representa la buena suerte.
"Mucha gente se lo lleva con la esperanza de que van a tener mucho dinero", comentó la artesana.
El presidente Luis Arce y varios de sus ministros también se sumaron a la fiesta en las puertas de la Casa Grande del Pueblo.
En el inicio de nuestra tradicional Feria de Alasita, hoy a mediodía compartimos un grato momento con nuestras caseritas y artesanos en Plaza Murillo para adquirir billetitos, productos en miniatura y pedir mucha abundancia, salud y prosperidad para el pueblo boliviano.
— Luis Alberto Arce Catacora (Lucho Arce) (@LuchoXBolivia) January 24, 2025
¡Jallalla… pic.twitter.com/aigN7sYJGK
El viaje de la Illa
Históricamente, el Ekeko tiene una figura que lo antecedió: la Illa, una deidad de la cultura Tiwanakota, vigente desde hace más de 2.000 años.
La representación más célebre de la Illa fue sustraída de Tiwanaku en 1858 por el suizo Johann Jakob von Tschudi. Años después, su familia donó la estatuilla de 16 centímetros a un museo privado de Berna, Suiza.
En 2014, 156 años después, el Estado boliviano logró repatriar la pieza tallada en piedra por la antigua civilización Pukara.
Para el artesano Juan Carlos López, las illas "son pequeños amuletos, pequeñas figuras, que según las creencias de los paceños, hacen realidad en el futuro lo que se desea. Esa es principalmente la esencia de Alasita".
"Por eso, tradicionalmente, al mediodía del 24 de enero, la gente se compra casas, autitos y dinero en miniatura para hacerlos realidad", agrega.
© Sputnik / Sebastián OchoaLa Feria de Alasita 2025 en La Paz, Bolivia

La Feria de Alasita 2025 en La Paz, Bolivia
© Sputnik / Sebastián Ochoa
En diálogo con Sputnik, López comentó que en tiempos coloniales la festividad se realizaba en las comunidades indígenas. En esa época, "no se hacían casitas o autitos, como ocurre ahora en la ciudad. Antiguamente, los comunarios hacían pequeños animalitos, vaquitas, llamitas, terrenos para que en un futuro se vuelvan realidad".
El artesano invitó a "toda la ciudadanía del mundo a visitarnos. Estaremos casi un mes aquí [en el Parque Urbano Central], donde podrán encontrar toda la diversidad cultural que todavía sigue viva".
La festividad de Alasita fue reconocida en 2017 por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.

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