Argentina busca nuevo crédito en el FMI, ¿a costa de su autonomía?
Argentina busca nuevo crédito en el FMI, ¿a costa de su autonomía?
Sputnik Mundo
El ministro de Economía, Luis Caputo, participará de la cumbre anual del FMI con la expectativa de conseguir un nuevo desembolso. Además, el Gobierno apuesta a... 22.10.2024, Sputnik Mundo
La imperecedera relación entre Argentina y el Fondo Monetario Internacional está a las puertas de sumar un nuevo capítulo de la mano del Gobierno de Javier Milei. El ministro de Economía, Luis Caputo, viajó a Washington para participar de la cumbre anual del organismo, tras la cual se reunirá con su directora gerente, Kristalina Georgieva. El objetivo es claro: catalizar un nuevo acuerdo para conseguir nuevos desembolsos "frescos" que financien el programa libertario.Acompañado por el presidente del Banco Central, Santiago Bausili, y una comitiva de funcionarios del Palacio de Hacienda, Caputo participará de la asamblea que congrega a responsables de la gestión económica de distintos países.El ministro apuesta a conseguir el visto bueno del Fondo en la décima revisión del acuerdo que mantiene el país con el organismo, firmado en 2022, durante el Gobierno de Alberto Fernández (2019-2023), para refinanciar el colosal empréstito por 57.000 millones de dólares celebrado en 2018 bajo el mandato de Mauricio Macri (2015-2019).Si bien la Administración Milei ha alcanzado los objetivos ligados a la reducción del déficit fiscal y al recorte en los aportes del Banco Central al Tesoro nacional —en el marco del ajuste "con motosierra" desplegado por el Ejecutivo—, el Gobierno aún no ha alcanzado la acumulación de reservas acordada, dado que cuenta con unos 2.000 millones de dólares menos que los previstos.Sin embargo, la deuda en el tercer punto de las metas cuantitativas del organismo no implica que el FMI descarte la aprobación de la revisión que, en caso de concretarse, redundaría en el desembolso de 1.069 millones de dólares para el Estado argentino, una suma para nada menor en un contexto signado por la falta crónica de divisas en las arcas públicas.El Gabinete económico argentino reluce diversos indicadores macroeconómicos, tales como la reducción del ritmo inflacionario hasta el 3,5% —el menor en dos años- y la caída del Riesgo País hasta los 1.050 puntos básicos, el más bajo desde 2020. La contracara del ajuste es el desplome del consumo interno, el incremento del desempleo y el salto de la pobreza hasta el 52,9%, valor más alto en dos décadas.Las aspiraciones del ministro Caputo no se limitan a concretar los fondos previstos en el acuerdo de 2022, que se devolverá en 12 cuotas entre 2026 y 2032. Subyacentemente, el norte del Gobierno está puesto en celebrar un nuevo empréstito que redunde en la inyección de divisas frescas para, así, lograr impulsar reformas estructurales como la dolarización de la economía que, según cálculos de Caputo realizados antes de asumir como funcionario, dejaría unos 30.000 millones de dólares de reservas.A tal fin, las miradas de la Casa Rosada —sede del Ejecutivo argentino— están puestas sobre el desenlace de la contienda electoral entre Donald Trump y Kamala Harris por la presidencia de Estados Unidos, país que —con el 17% de las acciones del FMI— posee poder de veto sobre el organismo. La hipótesis de Milei consiste en que, de concretarse un triunfo del candidato republicano, el mandatario podría incidir en el Fondo para motorizar el nuevo crédito para Argentina.¿Una victoria pírrica?Según el investigador, la concreción del visto bueno por parte de Washington no implica la firma de un próximo empréstito. Cantamutto remarcó que Luis Caputo fue, durante el Gobierno de Macri, uno de los encargados de la negociación del acuerdo multimillonario, desde el lugar de Ministro de Finanzas. "El problema es que estos organismos no ven con buenos ojos ceder un préstamo multimillonario al mismo hombre que no logró afrontar la deuda de Macri", destacó.A pesar de la herencia de la deuda -contraída por Macri y refrendada por Alberto Fernández-, la administración Milei sentirá un alivio directo producto, en gran parte, de la gestión del Gobierno previo. El anuncio del FMI del recorte de las sobretasas a los países con altos niveles de endeudamiento -incluido Argentina- implicará un alivio total de aproximadamente 3.000 millones de dólares para el país.La medida, que constituyó uno de los reclamos más reiterados por el exministro de Economía argentino Martín Guzmán (2019-2022), fue avalada por Estados Unidos y beneficiará a todos los Estados que atraviesan condiciones similares a las de del país austral.Consultado al respecto, Cantamutto afirmó que "la reducción de sobretasas es producto de la presión internacional, lo que muestra que el Fondo es un organismo tendiente a ceder ante estas exigencias".De Buenos Aires a Washington, pero con escala en PekínEl inminente desenlace de los comicios en Estados Unidos suscita la atención de todo el equipo económico argentino. Según Cantamutto, "históricamente el FMI ha sido guiado por Washington. Quien llegue a la Casa Blanca podrá moldear la conducta del Fondo".Pese al acérrimo alineamiento hacia Occidente profesado por Milei, lo cierto es que en las últimas semanas el presidente dio un giro pragmático al destacar el rol de China como prestamista y "socio comercial muy interesante". Uno de los principales motivos que explica este rotundo cambio de posicionamiento hacia el país -otrora considerado "comunista" por el mandatario- responde a la extensión del swap de monedas entre Buenos Aires y Pekín."Argentina está atrapada en una situación de tal necesidad, que -a menos que Estados Unidos decidiera volcar millones de dólares en la economía- debe tender puentes con distintos países. El giro en torno a China es lógico, pero pone en aprietos a la relación con la Casa Blanca, que consideraba a nuestro país como un actor absolutamente obediente", señaló Cantamutto.Por fuera de las negociaciones con el FMI, el Gobierno argentino espera la llegada de financiamiento por parte del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y del Banco Mundial. Por el momento, la expectativa hacia el primero se limita al desembolso de unos 1.700 millones de dólares, mientras aún no hay precisiones en torno a las conversaciones con el Banco Mundial.
El ministro de Economía, Luis Caputo, participará de la cumbre anual del FMI con la expectativa de conseguir un nuevo desembolso. Además, el Gobierno apuesta a cerrar un nuevo acuerdo que provea fondos frescos para sustentar el programa económico. "El Directorio no está muy predispuesto a acceder en estas condiciones", dijo a Sputnik un experto.
La imperecedera relación entre Argentina y el Fondo Monetario Internacional está a las puertas de sumar un nuevo capítulo de la mano del Gobierno de Javier Milei. El ministro de Economía, Luis Caputo, viajó a Washington para participar de la cumbre anual del organismo, tras la cual se reunirá con su directora gerente, Kristalina Georgieva. El objetivo es claro: catalizar un nuevo acuerdo para conseguir nuevos desembolsos "frescos" que financien el programa libertario.
Acompañado por el presidente del Banco Central, Santiago Bausili, y una comitiva de funcionarios del Palacio de Hacienda, Caputo participará de la asamblea que congrega a responsables de la gestión económica de distintos países.
El ministro apuesta a conseguir el visto bueno del Fondo en la décima revisión del acuerdo que mantiene el país con el organismo, firmado en 2022, durante el Gobierno de Alberto Fernández (2019-2023), para refinanciar el colosal empréstito por 57.000 millones de dólares celebrado en 2018 bajo el mandato de Mauricio Macri (2015-2019).
Si bien la Administración Milei ha alcanzado los objetivos ligados a la reducción del déficit fiscal y al recorte en los aportes del Banco Central al Tesoro nacional —en el marco del ajuste "con motosierra" desplegado por el Ejecutivo—, el Gobierno aún no ha alcanzado la acumulación de reservas acordada, dado que cuenta con unos 2.000 millones de dólares menos que los previstos.
Sin embargo, la deuda en el tercer punto de las metas cuantitativas del organismo no implica que el FMI descarte la aprobación de la revisión que, en caso de concretarse, redundaría en el desembolso de 1.069 millones de dólares para el Estado argentino, una suma para nada menor en un contexto signado por la falta crónica de divisas en las arcas públicas.
El Gabinete económico argentino reluce diversos indicadores macroeconómicos, tales como la reducción del ritmo inflacionario hasta el 3,5% —el menor en dos años- y la caída del Riesgo País hasta los 1.050 puntos básicos, el más bajo desde 2020. La contracara del ajuste es el desplome del consumo interno, el incremento del desempleo y el salto de la pobreza hasta el 52,9%, valor más alto en dos décadas.
Las aspiraciones del ministro Caputo no se limitan a concretar los fondos previstos en el acuerdo de 2022, que se devolverá en 12 cuotas entre 2026 y 2032. Subyacentemente, el norte del Gobierno está puesto en celebrar un nuevo empréstito que redunde en la inyección de divisas frescas para, así, lograr impulsar reformas estructurales como la dolarización de la economía que, según cálculos de Caputo realizados antes de asumir como funcionario, dejaría unos 30.000 millones de dólares de reservas.
A tal fin, las miradas de la Casa Rosada —sede del Ejecutivo argentino— están puestas sobre el desenlace de la contienda electoral entre Donald Trump y Kamala Harris por la presidencia de Estados Unidos, país que —con el 17% de las acciones del FMI— posee poder de veto sobre el organismo. La hipótesis de Milei consiste en que, de concretarse un triunfo del candidato republicano, el mandatario podría incidir en el Fondo para motorizar el nuevo crédito para Argentina.
"Probablemente, el Gobierno logre exhibir como un éxito el destrabe de fondos frescos, dado que el FMI seguramente apruebe la revisión de metas. El problema es la autonomía: este organismo siempre plantea un cogobierno. Básicamente, apuesta a dirigir la economía del país deudor", dijo a Sputnik el economista Francisco Cantamutto.
Según el investigador, la concreción del visto bueno por parte de Washington no implica la firma de un próximo empréstito. Cantamutto remarcó que Luis Caputo fue, durante el Gobierno de Macri, uno de los encargados de la negociación del acuerdo multimillonario, desde el lugar de Ministro de Finanzas. "El problema es que estos organismos no ven con buenos ojos ceder un préstamo multimillonario al mismo hombre que no logró afrontar la deuda de Macri", destacó.
"Los países del Directorio del Fondo no están muy predispuestos a acceder a un crédito de estas condiciones. Además, seguramente planteen fuertes exigencias como la eliminación inmediata de las restricciones cambiarias, algo que hasta ahora no ha mostrado fuertes señales de concretarse en el corto plazo", apuntó el consultor.
A pesar de la herencia de la deuda -contraída por Macri y refrendada por Alberto Fernández-, la administración Milei sentirá un alivio directo producto, en gran parte, de la gestión del Gobierno previo. El anuncio del FMI del recorte de las sobretasas a los países con altos niveles de endeudamiento -incluido Argentina- implicará un alivio total de aproximadamente 3.000 millones de dólares para el país.
La medida, que constituyó uno de los reclamos más reiterados por el exministro de Economía argentino Martín Guzmán (2019-2022), fue avalada por Estados Unidos y beneficiará a todos los Estados que atraviesan condiciones similares a las de del país austral.
Consultado al respecto, Cantamutto afirmó que "la reducción de sobretasas es producto de la presión internacional, lo que muestra que el Fondo es un organismo tendiente a ceder ante estas exigencias".
De Buenos Aires a Washington, pero con escala en Pekín
El inminente desenlace de los comicios en Estados Unidos suscita la atención de todo el equipo económico argentino. Según Cantamutto, "históricamente el FMI ha sido guiado por Washington.Quien llegue a la Casa Blanca podrá moldear la conducta del Fondo".
Pese al acérrimo alineamiento hacia Occidente profesado por Milei, lo cierto es que en las últimas semanas el presidente dio un giro pragmático al destacar el rol de China como prestamista y "socio comercial muy interesante". Uno de los principales motivos que explica este rotundo cambio de posicionamiento hacia el país -otrora considerado "comunista" por el mandatario- responde a la extensión del swap de monedas entre Buenos Aires y Pekín.
"Argentina está atrapada en una situación de tal necesidad, que -a menos que Estados Unidos decidiera volcar millones de dólares en la economía- debe tender puentes con distintos países. El giro en torno a China es lógico, pero pone en aprietos a la relación con la Casa Blanca, que consideraba a nuestro país como un actor absolutamente obediente", señaló Cantamutto.
"Lo favorable para Argentina es que en la región países fundamentales como México, Colombia y Brasil están dirigidos por Gobiernos progresistas, con lo cual a Estados Unidos le interesa mucho tener a Argentina como dique de contención de estos modelos autonómicos", apuntó el economista.
Por fuera de las negociaciones con el FMI, el Gobierno argentino espera la llegada de financiamiento por parte del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y del Banco Mundial. Por el momento, la expectativa hacia el primero se limita al desembolso de unos 1.700 millones de dólares, mientras aún no hay precisiones en torno a las conversaciones con el Banco Mundial.
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