¿Milei "compra" votos en el Congreso? Cambios de postura desatan el debate en Argentina
¿Milei "compra" votos en el Congreso? Cambios de postura desatan el debate en Argentina
Sputnik Mundo
El súbito cambio de postura de varios diputados que dio una victoria política al presidente, Javier Milei, despertó sospechas sobre acuerdos por cargos y... 12.09.2024, Sputnik Mundo
La sesión del Congreso argentino en la que la oposición no logró los votos necesarios para dejar sin efecto el veto del presidente Javier Milei contra el aumento de jubilaciones, no solo mostró diferencias internas entre legisladores opositores sino que también dejó la sospecha de que algunos congresistas modificaron posturas a partir de ofrecimientos desde el oficialismo.El oficialismo argentino necesitaba asegurar 85 votos negativos al proyecto para ratificar el veto del presidente pero en la sesión en que se aprobó el proyecto sobre jubilaciones solo había logrado aunar 72 voluntades en contra de los aumentos. Si bien hubo congresistas que se sumaron al rechazo al veto, la clave de la victoria del Gobierno estuvo en la bancada de diputados de la Unión Cívica Radical (UCR), donde cinco legisladores cambiaron su voto de afirmativo a negativo.Un recuento hecho por el diario Página 12 da cuenta de que cuatro diputados de la UCR —Martín Arjol, Mariano Campero, Pablo Cervi y Luis Picat— cambiaron su postura y votaron negativo al proyecto para levantar el veto de Milei. Además, el también radical Alfredo Vallejos, que había votado a favor de los aumentos, dejó su banca al suplente José Tournier, que cambió el voto.El repentino cambio de postura de esos legisladores enojó a otros miembros de la oposición, que no titubearon a la hora de exponer las suspicacias sobre sus posturas. Uno de ellos fue el diputado de Unión por la Patria, Leandro Santoro, que exclamó durante la sesión que "por más que compren diputados, por más que compren senadores, la historia más temprano que tarde va a ser justa con ustedes y va a poner las cosas en el lugar que corresponde".A través de su cuenta de X, Santoro se refirió específicamente al caso de Galimberti: "Renuncia un diputado de la UCR de Entre Ríos para que asuma otro del PRO, que vota con el Gobierno y en contra de los jubilados. ¿Por qué renuncia? Le dieron un cargo en Salto Grande… con sueldo de 10.000 dólares por mes".El caso de Galimberti también aludido por otros diputados opositores como Nicolás del Caño, del Frente de Izquierda. "Esto es una muestra más de todas las sospechas que hay sobre esta sesión, donde diputados radicales se reúnen en la Casa Rosada y cambian el voto, otros que no vienen, otros que van a cambiar el voto también. Es un escándalo lo que está pasando".La segunda referencia hecha por Del Caño apunta a un encuentro que se dio el día anterior de la sesión entre Milei y precisamente los cinco diputados de la UCR que cambiaron su voto, aumentando las sospechas sobre los contenidos de los acuerdos políticos alcanzados entre el Gobierno y los legisladores.Las prácticas de la vieja políticaEn diálogo con Sputnik, el politólogo argentino Gonzalo Fiore consideró que, a partir de lo ocurrido, es posible interpretar que "las negociaciones entre Milei y los legisladores claramente esconden un ofrecimiento" y que el caso de Galimberti y su puesto en Salto Grande "es un ejemplo claro".El analista recordó también el caso de la senadora de Movimiento Popular Neuquino Lucina Crexell, quien había sido designada sorpresivamente por el Gobierno como embajadora argentina ante la Unesco en el mes de junio, solo horas antes de que debiera votar la denominada ley bases, una de las normas más importantes para Milei. Si bien la legisladora negó haber recibido el nombramiento como un pago por su voto afirmativo, la maniobra también quedó bajo sospechas.Fiore comparó lo sucedido con la denominada ley Banelco, un proyecto de flexibilización laboral que el Gobierno de Fernando de la Rúa (1999-2001) intentó aprobar en el Congreso en el año 2000. El caso desató una crisis política en el Gobierno luego de que integrantes del propio oficialismo denunciaran que se habían pagado coimas a legisladores para asegurar su voto. De hecho, se conoció al proyecto como 'Banelco' en referencia a la tarjeta de crédito con la que el Gobierno se jactaba de poder "convencer" legisladores.El politólogo consideró que en la actualidad, el Gobierno de Milei aún tiene la posibilidad de "ofrecer cargos y dinero con la billetera del Estado" a legisladores de la oposición pero especialmente puede ofertar "la promesa de ser el dique de contención para que no vuelva el peronismo", algo valioso para algunos sectores políticos a medida que se acercan las elecciones legislativas previstas para 2025.La Unión Cívica Radical en la miraEn ese sentido, Fiore puso los ojos sobre la UCR, un partido histórico argentino que en las últimas décadas se ha debatido internamente sobre el grado de apoyo a gobiernos de signo antiperonista como los de Macri o Milei.El analista puso como ejemplo de este sector a Rodrigo de Loredo, un diputado radical cordobés que ejerce la jefatura del bloque de la UCR en la Cámara de Diputados y es señalado por sectores del radicalismo como responsable del quiebre marcado por los guiños a Milei. Del otro lado del radicalismo, con posturas más republicanas identificadas con el expresidente Raúl Alfonsín (1983-1989), Fiore ubica a legisladores como Facundo Manes o Martín Lousteau, actualmente ávidos de sancionar a los diputados díscolos.Para Fiore, los acuerdos entre el Gobierno y estos legisladores no fueron tanto fruto de un Milei "más político" o interesado en las negociaciones internas, sino de que existe a la interna de la UCR un campo fértil para los acuerdos marcados por "un sector de la oposición que se subordina a los designios de Milei y deja todo atisbo de dignidad".
El súbito cambio de postura de varios diputados que dio una victoria política al presidente, Javier Milei, despertó sospechas sobre acuerdos por cargos y designaciones. En diálogo con Sputnik, el politólogo Gonzalo Fiore aseguró que se trata de algo "que siempre se hizo", pero que entra en contradicción con el discurso "anticasta" del mandatario.
La sesión del Congreso argentino en la que la oposición no logró los votos necesarios para dejar sin efecto el veto del presidenteJavier Milei contra el aumento de jubilaciones, no solo mostró diferencias internas entre legisladores opositores sino que también dejó la sospecha de que algunos congresistas modificaron posturas a partir de ofrecimientos desde el oficialismo.
El oficialismo argentino necesitaba asegurar 85 votos negativos al proyecto para ratificar el veto del presidente pero en la sesión en que se aprobó el proyecto sobre jubilaciones solo había logrado aunar 72 voluntades en contra de los aumentos. Si bien hubo congresistas que se sumaron al rechazo al veto, la clave de la victoria del Gobierno estuvo en la bancada de diputados de la Unión Cívica Radical (UCR), donde cinco legisladores cambiaron su voto de afirmativo a negativo.
Un recuento hecho por el diario Página 12 da cuenta de que cuatro diputados de la UCR —Martín Arjol, Mariano Campero, Pablo Cervi y Luis Picat— cambiaron su postura y votaron negativo al proyecto para levantar el veto de Milei. Además, el también radical Alfredo Vallejos, que había votado a favor de los aumentos, dejó su banca al suplente José Tournier, que cambió el voto.
Lo mismo ocurrió con el diputado radical Pedro Galimberti, que directamente renunció a su banca para ocupar un cargo de delegado argentino en la Comisión Técnico Mixta de la Represa de Salto Grande, que operan en conjunto Argentina y Uruguay. En el caso de Galimberti, quien asumió su lugar no fue una compañera de su partido sino del PRO, el partido liderado por el expresidente Mauricio Macri (2015-2019). La elegida fue Nancy Ballejos, que también cambió su voto a negativo, asegurando la victoria política de Milei.
El repentino cambio de postura de esos legisladores enojó a otros miembros de la oposición, que no titubearon a la hora de exponer las suspicacias sobre sus posturas. Uno de ellos fue el diputado de Unión por la Patria, Leandro Santoro, que exclamó durante la sesión que "por más que compren diputados, por más que compren senadores, la historia más temprano que tarde va a ser justa con ustedes y va a poner las cosas en el lugar que corresponde".
#Ahora Renuncia un diputado de la UCR de Entre Rios para que asuma otro del PRO... quien vota con el gobierno y en contra de los jubilados.
¿Por qué renuncia? Le dieron un cargo en Salto Grande... SUELDO 10.000 DOLARES por mes.
A través de su cuenta de X, Santoro se refirió específicamente al caso de Galimberti: "Renuncia un diputado de la UCR de Entre Ríos para que asuma otro del PRO, que vota con el Gobierno y en contra de los jubilados. ¿Por qué renuncia? Le dieron un cargo en Salto Grande… con sueldo de 10.000 dólares por mes".
El caso de Galimberti también aludido por otros diputados opositores como Nicolás del Caño, del Frente de Izquierda. "Esto es una muestra más de todas las sospechas que hay sobre esta sesión, donde diputados radicales se reúnen en la Casa Rosada y cambian el voto, otros que no vienen, otros que van a cambiar el voto también. Es un escándalo lo que está pasando".
🔴 El diputado @NicolasdelCano denuncia la maniobra del #Congreso, para que renuncie el diputado Galimberti de la UCR (por un cargo en DÓLARES) antes de votar. Asume en su lugar una diputada que votaría favor del veto.
La segunda referencia hecha por Del Caño apunta a un encuentro que se dio el día anterior de la sesión entre Milei y precisamente los cinco diputados de la UCR que cambiaron su voto, aumentando las sospechas sobre los contenidos de los acuerdos políticos alcanzados entre el Gobierno y los legisladores.
Las prácticas de la vieja política
En diálogo con Sputnik, el politólogo argentino Gonzalo Fiore consideró que, a partir de lo ocurrido, es posible interpretar que "las negociaciones entre Milei y los legisladores claramente esconden un ofrecimiento" y que el caso de Galimberti y su puesto en Salto Grande "es un ejemplo claro".
El analista recordó también el caso de la senadora de Movimiento Popular Neuquino Lucina Crexell, quien había sido designada sorpresivamente por el Gobierno como embajadora argentina ante la Unesco en el mes de junio, solo horas antes de que debiera votar la denominada ley bases, una de las normas más importantes para Milei. Si bien la legisladora negó haber recibido el nombramiento como un pago por su voto afirmativo, la maniobra también quedó bajo sospechas.
"Lo curioso es que esto siempre se hizo en política, pero impacta más cuando el Gobierno llega con un discurso 'anticasta' y contra las prácticas de la vieja política y luego recurre a las mismas. Incluso lo hace más visible que nunca", opinó el analista.
Fiore comparó lo sucedido con la denominada ley Banelco, un proyecto de flexibilización laboral que el Gobierno de Fernando de la Rúa (1999-2001) intentó aprobar en el Congreso en el año 2000. El caso desató una crisis política en el Gobierno luego de que integrantes del propio oficialismo denunciaran que se habían pagado coimas a legisladores para asegurar su voto. De hecho, se conoció al proyecto como 'Banelco' en referencia a la tarjeta de crédito con la que el Gobierno se jactaba de poder "convencer" legisladores.
El politólogo consideró que en la actualidad, el Gobierno de Milei aún tiene la posibilidad de "ofrecer cargos y dinero con la billetera del Estado" a legisladores de la oposición pero especialmente puede ofertar "la promesa de ser el dique de contención para que no vuelva el peronismo", algo valioso para algunos sectores políticos a medida que se acercan las elecciones legislativas previstas para 2025.
"Hay un sector de los radicales que claramente comulga con la ideología del presidente y con el sector más liberal en lo económico y conservador en lo social. Es un sector muy antiperonista y especialmente antikirchnerista que se siente muy cómodo con las posturas del presidente", sostuvo Fiore.
El analista puso como ejemplo de este sector a Rodrigo de Loredo, un diputado radical cordobés que ejerce la jefatura del bloque de la UCR en la Cámara de Diputados y es señalado por sectores del radicalismo como responsable del quiebre marcado por los guiños a Milei. Del otro lado del radicalismo, con posturas más republicanas identificadas con el expresidente Raúl Alfonsín (1983-1989), Fiore ubica a legisladores como Facundo Manes o Martín Lousteau, actualmente ávidos de sancionar a los diputados díscolos.
Para Fiore, los acuerdos entre el Gobierno y estos legisladores no fueron tanto fruto de un Milei "más político" o interesado en las negociaciones internas, sino de que existe a la interna de la UCR un campo fértil para los acuerdos marcados por "un sector de la oposición que se subordina a los designios de Milei y deja todo atisbo de dignidad".
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