EEUU criticaría la reforma judicial mexicana para "mantener su hegemonía" a través del T-MEC
EEUU criticaría la reforma judicial mexicana para "mantener su hegemonía" a través del T-MEC
Sputnik Mundo
Las críticas de Washington a la reforma judicial que cocina el Gobierno de López Obrador podrían ser solo la máscara de algo más profundo, ya que el verdadero... 29.08.2024, Sputnik Mundo
En este sentido, la doctora en economía por la misma casa de estudios, Adriana Mitani Cruz Cruz, destaca que el pacto comercial, mismo que se someterá a revisión en 2026, sí abre la puerta a la injerencia por parte de Washington hacia México, ya que puede limitar al Gobierno local o causar que la nación menos favorecida tienda al proteccionismo.Asimismo, "interfiere en políticas laborales, siendo la mano de obra algo elemental en las empresas extranjeras que invierten en México. También influye en temas ambientales respecto a las emisiones de carbono y cantidad de contaminantes, lo que a su vez da la pauta de las condiciones y tamaño de producción de ciertas industrias". La especialista agrega que también se refleja en los sectores agrícola y de salud, a través de aranceles o acceso a vacunas, por nombrar algunas acciones.Los comentarios de las expertas se dan a raíz de las recientes declaraciones del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, quien señaló que Washington, a través del embajador Ken Salazar, busca utilizar el T-MEC como un pretexto para interferir en asuntos nacionales, especialmente en la iniciativa para reformar el Poder Judicial mexicano."Le andan buscando la forma, dándole la vuelta, se andan por las ramas diciendo 'es que como hay un tratado comercial, nos podemos meter'. ¡No! Si el tratado no es para que nosotros cedamos nuestra soberanía; es [de índole] comercial, para tener muy buena relación económica-comercial que nos conviene a las dos naciones (...). [El T-MEC] no es para que México se convierta en un apéndice, en una colonia, en un Estado asociado", aseveró el 26 de agosto de 2024.Las repercusiones para MéxicoSi bien las expertas descartan que el tratado comercial entre las tres naciones se pueda concluir por las tensiones derivadas de la posible reforma al Poder Judicial mexicano, debido a las graves consecuencias que podría tener para sus participantes, sí vaticinan que habrá repercusiones para la nación latinoamericana.Y esto se deriva de los comentarios realizados por empresarios de los tres países, mismos que han mostrado rechazo a la propuesta enviada por López Obrador al Congreso mexicano. Por ejemplo, la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC) mostró preocupación por las inversiones de sus afiliados en caso de que se concreten las modificaciones en materia judicial.Y, de acuerdo con el diario mexicano El Economista, la iniciativa privada estadounidense envió el 28 de agosto una carta al mandatario de EEUU, Joe Biden, para expresarle sus inquietudes sobre la misma materia."Se podrían frenar las inversiones y derivar en afectaciones a las políticas internas del país, pero difícilmente el acuerdo comercial se rompería. México tendría que incurrir en una violación a lo establecido [en el T-MEC] de manera explícita y justificada", refiere Cruz Cruz."[El pacto comercial] menciona que deben existir condiciones de imparcialidad para hacer valer el Estado de derecho en [la nación latinoamericana] y así defender intereses y derechos de los inversionistas, promoviendo la seguridad y la justicia en los tres países. La reforma no pone de manifiesto que se perderá la autonomía y la imparcialidad del Poder Judicial; la elección popular de jueces, magistrados y algunos otros puestos importantes no viola directamente los [lineamientos] establecidos", ahonda la doctora en economía por la UNAM.Por su parte, Méndez Bautista destaca que, para evitar una salida masiva de inversiones, los tres países necesitan arreglar sus diferencias a la brevedad, con el fin de brindar confianza a las compañías que realizan negocios en suelo mexicano, especialmente porque sigue en ciernes el proceso de nearshoring.Mientras tanto, de cara a la revisión el pacto comercial, "podríamos ver cambios en la aplicación de aranceles en sectores estratégicos, especialmente en el automotor (...), en el campo laboral y en otras áreas clave para nuestro país, sobre todo en materia energética", vaticina la también docente en la UNAM.¿Qué se puede hacer para limar asperezas?El 1 de octubre, López Obrador dejará de ser presidente de México y el Poder Ejecutivo quedará a cargo de la mandataria electa, Claudia Sheinbaum. Si bien ella se ha mostrado a favor de la reforma al Poder Judicial, misma que aún continúa en la Cámara de Diputados (cámara baja) para ser discutida y, posiblemente, aprobada, se enfrentará a una tensa revisión del pacto comercial con EEUU y Canadá, auguran las especialistas."Sheinbaum tiene un par de [caminos]: defendiedo la autonomía y soberanía nacional en un ambiente de hostilidad politica, o bien, renegociar de manera diplomática [el T-MEC], cediendo en algunos aspectos para poder llegar a acuerdos que permitan seguir teniendo relaciones comerciales y diplomáticas ventajosas para los países vecinos, pero que harían prosperar la relación con [estas naciones]", apunta Cruz Cruz.A este panorama se debe sumar un hecho clave no solo para Norteamérica, sino para el mundo: las elecciones presidenciales estadounidenses, que se llevarán a cabo el 5 de noviembre."Ahí tenemos dos escenarios: con Donald Trump, ya estamos acostumbrados a su discurso y podríamos esperar un alza de los aranceles en algunos sectores o modificaciones drásticas para industrias como la automotriza (...). En el caso de Kamala Harris, posiblemente buscaría mantener a México como aliado estratégico en materia económica y política", concluye Méndez Bautista.
Las críticas de Washington a la reforma judicial que cocina el Gobierno de López Obrador podrían ser solo la máscara de algo más profundo, ya que el verdadero interés de EEUU podría ser utilizar ese tema político en el marco del T-MEC para mantener su hegemonía económica y comercial en la región de Norteamérica.
"En realidad, aquí la preocupación que apremia en Estados Unidos es el mantenimiento de su hegemonía en la región y disfraza esa intención de permanencia a través de críticas como que la reforma al Poder Judicial violentará la democracia y problemas con las inversiones. Considero que ese es el elemento principal, no el bienestar [de la población mexicana]", explica la doctora en derecho aduanero y en comercio exterior, Rocío Méndez Bautista.
En este sentido, la doctora en economía por la misma casa de estudios, Adriana Mitani Cruz Cruz, destaca que el pacto comercial, mismo que se someterá a revisión en 2026, sí abre la puerta a la injerencia por parte de Washington hacia México, ya que puede limitar al Gobierno local o causar que la nación menos favorecida tienda al proteccionismo.
Asimismo, "interfiere en políticas laborales, siendo la mano de obra algo elemental en las empresas extranjeras que invierten en México. También influye en temas ambientales respecto a las emisiones de carbono y cantidad de contaminantes, lo que a su vez da la pauta de las condiciones y tamaño de producción de ciertas industrias".
La especialista agrega que también se refleja en los sectores agrícola y de salud, a través de aranceles o acceso a vacunas, por nombrar algunas acciones.
"Lo más importante: interfiere en las inversiones extranjeras que se realizan en el pais, dando confianza a los inversionistas sobre la estabilidad económica, política y social del país", asevera Cruz Cruz.
Los comentarios de las expertas se dan a raíz de las recientes declaraciones del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, quien señaló que Washington, a través del embajador Ken Salazar, busca utilizar el T-MEC como un pretexto para interferir en asuntos nacionales, especialmente en la iniciativa para reformar el Poder Judicial mexicano.
"Le andan buscando la forma, dándole la vuelta, se andan por las ramas diciendo 'es que como hay un tratado comercial, nos podemos meter'. ¡No! Si el tratado no es para que nosotros cedamos nuestra soberanía; es [de índole] comercial, para tener muy buena relación económica-comercial que nos conviene a las dos naciones (...). [El T-MEC] no es para que México se convierta en un apéndice, en una colonia, en un Estado asociado", aseveró el 26 de agosto de 2024.
Desde el 22 de agosto, López Obrador sostiene discrepancias con Salazar por sus críticas hacia la propuesta para cambiar al Poder Judicial mexicano, alegando riesgos para la democracia y el acuerdo comercial trilateral. Las tensiones se extendieron también hacia el embajador canadiense en México, Graeme Clark, quien igualmente cuestionó este proyecto. Ante ello, el 27 de agosto, el mandatario mexicano decretó una "pausa" en su lazo con ambos personajes, sin romper la relación diplomática con sus naciones.
Si bien las expertas descartan que el tratado comercial entre las tres naciones se pueda concluir por las tensiones derivadas de la posible reforma al Poder Judicial mexicano, debido a las graves consecuencias que podría tener para sus participantes, sí vaticinan que habrá repercusiones para la nación latinoamericana.
Y esto se deriva de los comentarios realizados por empresarios de los tres países, mismos que han mostrado rechazo a la propuesta enviada por López Obrador al Congreso mexicano. Por ejemplo, la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC) mostró preocupación por las inversiones de sus afiliados en caso de que se concreten las modificaciones en materia judicial.
Y, de acuerdo con el diario mexicano El Economista, la iniciativa privada estadounidense envió el 28 de agosto una carta al mandatario de EEUU, Joe Biden, para expresarle sus inquietudes sobre la misma materia.
"Se podrían frenar las inversiones y derivar en afectaciones a las políticas internas del país, pero difícilmente el acuerdo comercial se rompería. México tendría que incurrir en una violación a lo establecido [en el T-MEC] de manera explícita y justificada", refiere Cruz Cruz.
"[El pacto comercial] menciona que deben existir condiciones de imparcialidad para hacer valer el Estado de derecho en [la nación latinoamericana] y así defender intereses y derechos de los inversionistas, promoviendo la seguridad y la justicia en los tres países. La reforma no pone de manifiesto que se perderá la autonomía y la imparcialidad del Poder Judicial; la elección popular de jueces, magistrados y algunos otros puestos importantes no viola directamente los [lineamientos] establecidos", ahonda la doctora en economía por la UNAM.
Por su parte, Méndez Bautista destaca que, para evitar una salida masiva de inversiones, los tres países necesitan arreglar sus diferencias a la brevedad, con el fin de brindar confianza a las compañías que realizan negocios en suelo mexicano, especialmente porque sigue en ciernes el proceso de nearshoring.
Mientras tanto, de cara a la revisión el pacto comercial, "podríamos ver cambios en la aplicación de aranceles en sectores estratégicos, especialmente en el automotor (...), en el campo laboral y en otras áreas clave para nuestro país, sobre todo en materia energética", vaticina la también docente en la UNAM.
La ruptura del T-MEC sería un fuerte golpe para sus integrantes. Prueba de ello es que, de acuerdo con la Secretaría de Economía mexicana, el balance comercial neto entre México y Washington es de 78.638 millones de dólares en lo que va de 2024, siendo la nación latinoamericana la principal socia comercial de EEUU. Mientras tanto, en la situación entre México y Ottawa, el balance es de 1.180 millones de dólares en el mismo periodo referido.
El 1 de octubre, López Obrador dejará de ser presidente de México y el Poder Ejecutivo quedará a cargo de la mandataria electa, Claudia Sheinbaum.
Si bien ella se ha mostrado a favor de la reforma al Poder Judicial, misma que aún continúa en la Cámara de Diputados (cámara baja) para ser discutida y, posiblemente, aprobada, se enfrentará a una tensa revisión del pacto comercial con EEUU y Canadá, auguran las especialistas.
"Sheinbaum tiene un par de [caminos]: defendiedo la autonomía y soberanía nacional en un ambiente de hostilidad politica, o bien, renegociar de manera diplomática [el T-MEC], cediendo en algunos aspectos para poder llegar a acuerdos que permitan seguir teniendo relaciones comerciales y diplomáticas ventajosas para los países vecinos, pero que harían prosperar la relación con [estas naciones]", apunta Cruz Cruz.
A este panorama se debe sumar un hecho clave no solo para Norteamérica, sino para el mundo: las elecciones presidenciales estadounidenses, que se llevarán a cabo el 5 de noviembre.
"Ahí tenemos dos escenarios: con Donald Trump, ya estamos acostumbrados a su discurso y podríamos esperar un alza de los aranceles en algunos sectores o modificaciones drásticas para industrias como la automotriza (...). En el caso de Kamala Harris, posiblemente buscaría mantener a México como aliado estratégico en materia económica y política", concluye Méndez Bautista.
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