Milei consigue la foto de la gobernabilidad y prometió "un nuevo orden" para Argentina
23:45 GMT 09.07.2024 (actualizado: 08:40 GMT 10.07.2024)
© AFP 2023 / Luis Robayo
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El presidente, Javier Milei, firmó el 'Pacto de Mayo' junto a 18 gobernadores provinciales. El encuentro, orientado a "sacar a Argentina adelante", llegó tras meses de dilaciones por las trabas para la sanción de su ley ómnibus. "Las demoras y las ausencias explicitan la debilidad del acto", dijo a Sputnik el politólogo Pablo Cano.
Finalmente, Milei logró su tan anhelada muestra de poder. En la madrugada del Día de la Independencia, y rodeado de 18 de los 24 gobernadores provinciales, el presidente celebró la firma del Pacto de Mayo, un decálogo de consignas abstractas afines al programa libertario cargadas de ínfulas refundacionales.
Desde la emblemática Casa de Tucumán (en el norte del país), donde se consagró la Independencia de España el 9 de julio de 1816, y frente a unas 700 personas, el mandatario apuntó que "el acta de 1816 inició un nuevo orden tras años de guerras fratricidas; en esta de 2024 anunciamos el puntapié inicial de un nuevo orden para nuestro país".
"Les prometo que vamos a vivir en un país sin inflación por el resto de nuestros días"
— Corta 🏆 (@somoscorta) July 9, 2024
En el acto del Pacto de Mayo, Javier Milei afirmó que "se terminó el chamanismo económico" y sentenció: "Vivir atosigados por la inflación es vivir en la cárcel del eterno presente". pic.twitter.com/GzN2l83fhz
Los puntos de la consagrada Acta de Mayo consisten en consignas directas: la inviolabilidad de la propiedad privada; el equilibrio fiscal innegociable; la reducción del gasto público "a niveles históricos"; la educación "útil y moderna"; una reforma tributaria que "simplifique la vida de los argentinos"; la discusión de la coparticipación de impuestos para "terminar con el modelo extorsivo que padecen las provincias"; el avance en la explotación de los recursos naturales; la reforma laboral y previsional; y la apertura al comercio internacional.
Más allá del grado de abstracción del decálogo firmado, lo cierto es que la trascendencia respondió al peso simbólico que representa la imagen del presidente rodeado por la mayoría de los gobernadores del país.
No obstante, las sillas vacías también marcaron a fuego el desarrollo del acto. Los seis mandatarios provinciales ausentes representan en total a casi la mitad de la población nacional: el caso más emblemático es el de Axel Kicillof, gobernador de Buenos Aires, el distrito más importante a nivel nacional (donde residen más de un tercio de los argentinos).
Javier Milei en la firma del Pacto de Mayo, en Tucumán: "Algunos no están presentes porque sus anteojeras ideológicas los hacen desconocer la raíz del fracaso argentino".https://t.co/NO7nv579E5 pic.twitter.com/MzgiPyadMK
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Por otro lado, a pesar del intento de Milei de reunir a todos los expresidentes vivos, solamente fueron de la partida Mauricio Macri (2015-2019), socio legislativo fundamental, y Adolfo Rodríguez Saa, quien gobernó el país durante siete días en medio de la megacrisis política y económica del 2001.
Ni el predecesor Alberto Fernández (2019-2023), ni Cristina Fernández de Kirchner (2007-2015) ni Eduardo Duhalde (2002-2003) acudieron al evento. Sin embargo, la ausencia más llamativa fue la de la mismísima vicepresidenta Victoria Villarruel, quien alegó un cuadro gripal, a pesar de lo cual presenció el desfile militar que tuvo lugar horas más tarde en Buenos Aires.
Quienes tampoco respondieron al llamado presidencial fueron los sindicalistas nucleados en la Confederación General del Trabajo (CGT), ni los cinco jueces de la Corte Suprema de Justicia de la Nación.
La demora en la firma exhibe los problemas de gestión del Gobierno. La contradicción entre el nombre —Pacto de Mayo— y la fecha en la cual fue consagrado resulta inescindible de la dilación que sufrió el Ejecutivo para la sanción de la tan ansiada ley ómnibus en el Congreso, la Carta Magna libertaria tardó casi seis meses en ser aprobada.
¿Triunfo simbólico?
"Para el Gobierno este es un evento sumamente importante, aunque no tengo claro qué tan relevante es para la sociedad o incluso para los gobernadores firmantes (...) De todos modos, no creo que marque un antes y un después para La Libertad Avanza", dijo a Sputnik Gustavo Córdoba, analista político y titular de la consultora Zuban-Córdoba.
"Este acto deja en claro que hay una postura de mutuo aprovechamiento entre la Nación y las provincias, que pueden verse beneficiadas con un alivio fiscal o incluso la reactivación de la obra pública, aunque tengo mis dudas de que este sea un evento político central", apuntó el experto.
Consultado por Sputnik, el politólogo Pablo Cano consideró que "la reunión estuvo claramente devaluada: tenía la ambición de ser un pacto fundacional del Estado argentino, pero lo cierto es que muchos gobernadores de peso se ausentaron. Incluso faltaron también los poderes fácticos, como la Justicia o los sindicatos. Las demoras y las ausencias explicitan la debilidad del acto".
Sin embargo, el especialista remarcó que "este acto, junto con la sanción de la ley ómnibus, constituyó el primer intento concreto de ampliación de poder. El sistema político entendió que al presidente hay que darle las herramientas para que lleve a cabo aquello para lo cual fue votado, y eso fue claramente capitalizado por el Gobierno".
"El desafío de Milei consiste en que no cree en el sistema institucional que lo acompañó en el Pacto o en la aprobación de la ley. Cuando llama 'casta' a todo el aparato político, omite que le es funcional a su gestión", agregó Cano.
La madre de todas las batallas
Por fuera de la relación con el sistema político nacional, los analistas precisaron que el verdadero desafío del presidente Milei responde al capítulo económico, en medio de una adversa coyuntura signada por una galopante recesión que golpea de lleno tanto a la producción como al consumo. Según Córdoba, "el Gobierno está en un tiempo que es el tiempo de la economía, el del manejo de la expectativa de la economía, que hoy no está dando resultados".
Si bien el oficialismo apela a la caída sostenida en los niveles de inflación mensual (del 25,5% en diciembre hasta el 4,2% en mayo), lo cierto es que el costo del ajuste fiscal puede atentar contra los intereses del dispositivo gobernante.
"El peor enemigo de este Gobierno no es una fuerza política o un grupo de dirigentes, sino que es el tiempo que transcurre hasta la recuperación económica que tanto promete el Poder Ejecutivo. En la medida en que se profundice la crisis, más le costará exhibir logros de gestión", apuntó Cano.
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